domingo, 16 de octubre de 2016

Esta es la agenda con la que negociarán el Gobierno y el ELN El Espectador Redaccion de Paz

Esta es la agenda con la que negociarán el Gobierno y el ELN

Participación de la Sociedad, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto armado e implementación son los seis temas de la agenda a negociar con esa guerrilla.
Por: Redacción Paz
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Esta es la agenda con la que negociarán el Gobierno y el ELN
Foto: Archivo El Espectador
El 30 de marzo pasado, desde Caracas (Venezuela), Frank Pearl como jefe de la delegación del Gobierno y Eliécer Chamorro Acosta, alias “Antonio García” como jefe de la delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN), anunciaron públicamente los puntos de la agenda a negociar para buscar un acuerdo que permita poner fin a la confrontación armada.
Según dicho anuncio, las conversaciones en la fase pública se desarrollarán principalmente en Ecuador, aunque también habrá sesiones en Venezuela, Chile, Brasil y Cuba países que, junto a Noruega, actuarán como garantes del proceso. 
Las delegaciones  de Gobierno y guerrilla estarán integradas por 30 personas y en las sesiones podrán participar máximo 10 por cada parte (5 principales y 5 suplentes). La mesa tendrá sus propios canales de comunicación y habrá comunicados conjuntos al final de cada ciclo cuando se considere conveniente. Aun así, la confidencialidad será el común denominador en el transcurso del proceso.
En el llamado “Acuerdo de Diálogos para la Paz de Colombia entre el Gobierno  y el ELN”, las partes señalan que el objetivo final es “ponerle fin al conflicto armado, erradicar la violencia de la política, ubicando en el centro el tratamiento a la situación de las víctimas, y avanzar hacia la reconciliación nacional mediante la activa participación de la sociedad en la construcción de la paz estable y duradera”.
Los seis puntos de la agenda a negociar son:
1-  Participación de la sociedad en la construcción de la paz
Se podría decir que es el eje principal del proceso y la idea es que esa participación se dé en función de iniciativas y propuestas que hagan viable la paz. Esos planteamientos tienen que ser sobre los temas de la agenda.
2- Democracia para la paz
Apunta a la realización de un debate que permita examinar la participación y las decisiones de los colombianos en los problemas que los afectan y la manera como se tratan los conflictos, en aras de la construcción de la paz. Se plantea, además, hacer una revisión sobre el marco normativo y las garantías para la manifestación pública, y el tratamiento de la situación jurídica de los sindicatos y condenados por actos en el desarrollo de la movilización social.
3- Transformaciones para la paz
A partir de las propuestas de los ciudadanos, Gobierno y ELN se comprometen a plantear y desarrollar programas transformadores para superar la pobreza, la exclusión social, la corrupción y la degradación ambiental, en busca de una verdadera equidad. Y se buscaría la creación de planes alternativos integrales con enfoque territorial, que den opciones económicas y productivas que beneficien a las comunidades.
4- Víctimas
Hay consenso en que la construcción de una paz estable y duradera solo será posible si hay reconocimiento a las víctimas y sus derechos, con base en verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición y no olvido. “El conjunto de estos elementos fundamentan el perdón y proyectan el proceso de reconciliación”.
5- Fin del conflicto armado
Se trata del punto que pone sobre la mesa la definición de la situación jurídica de los integrantes del ELN, las condiciones y garantías de  seguridad y la posibilidad para el ejercicio de la política, ya como un movimiento o partido legal. También abordará lo concerniente a la privación de la libertad de los miembros de esa guerrilla procesados o condenados (indulto y amnistía) y el esclarecimiento del fenómeno del paramilitarismo. Y, por supuesto, se incluye aquí el cese al fuego bilateral, la dejación de armas y los actos humanitarios que sirven para construir confianza, como por ejemplo el desminado o la entrega de información sobre desaparecidos.
Según aclaró el presidente Juan Manuel Santos en su momento, en este punto y en el de Víctimas se tendrá en cuenta  lo negociado con las FARC en La Habana. “No vamos a acordar una nueva Comisión de la Verdad, ni un nuevo Tribunal para la Paz, ni nuevos procedimientos para el cese al fuego y de hostilidades definitivo, ni una nueva Misión Internacional de Verificación”, dijo.
6- Implementación
Se trata de la ejecución de lo acordado para “materializar los cambios que permitan pasar del conflicto armado a la paz”. Esa implementación estará definida por un “Plan General de Ejecución”, que incluirá mecanismos de control, seguimiento y verificación, con la participación de la misma sociedad civil y la comunidad internacional. Se tendrá un cronograma definido y al igualo que sucedió con las FARC, plantea llegar a un acuerdo para refrendar lo pactado y, de esta manera, proyectarlo hacia el futuro.

Paz a la calle: La Marcha del Silencio




Pronunciamiento del pueblo ZioBain (Siona) del Resguardo Buenavista: Hay que respetar el SI de los que hemos sido victimas.

 
Pronunciamiento del pueblo ZioBain (Siona) del Resguardo Buenavista:   Hay que respetar el SI de los que hemos sido victimas.
 
Sr. Juan Manuel Santos
Presidente de la Republica
E.              S.              D.
 
Quienes vivimos en el Resguardo Indígena de Buenavista del Pueblo ZioBain, Dpto. Putumayo, con sentimiento de profunda tristeza y preocupación lamentamos los resultados del plebiscito realizado el día 2 de octubre, donde  se proclamo la victoria del NO y la posterior decisión de terminación del cese al fuego.
 
El Pueblo ZioBain (Siona) ha sufrido gravísimas y sistemáticas afectaciones derivadas del conflicto armado que dan cuenta de la complejidad que el NO reviste para nuestro pueblo, para la sociedad colombiana y por ello apoyamos los acuerdos de la Habana como la posibilidad de avanzar hacia la construcción de una paz estable y duradera; y demandamos que el Acuerdo para la terminación del conflicto se implemente.
 
La consolidación de la paz con justicia social, la búsqueda de verdad, justicia y reparación integral no puede seguirse postergando, ni puede someterse a la decisión de quienes sin ser victimas, por la defensa de sus intereses privados y/o desde la desinformación prefieren la continuidad de la guerra. Nuestras vidas, las vidas y los sueños de los millones de victimas en Colombia que hemos dicho SI deben ser respetadas, protegidas, garantizadas. El Estado y la sociedad Colombiana tienen una deuda con las victimas.
 
No permitiremos que las armas, la guerra, el odio, los intereses macroeconómicos de algunos sectores nos impongan como vivir, cuando morir.
 
El NO en el plebiscito y la fecha limite para el cese al fuego son una demostración mas de que la palabra y la realidad de las victimas no esta en el centro; en este contexto el pueblo ZioBain (siona), respaldando las palabras expresadas por la ONIC y por otras organizaciones sociales, de victimas y de derechos humanos; reafirmamos nuestra vocación de paz y nuestra decisión de movilizarnos en defensa del acuerdo de La Habana.
 
Cuaquier dialogo, pacto o proceso que pretenda revisar la implementacion de los acuerdos debe contar con la participacion activa, central y decisiva de quienes somos victimas, de nuestras organizaciones y autoridades propias y de la comunidad Internacional; desde un enfoque etnico, de genero y diferencial que ponga en el centro nuestra realidad, nuestras aspiraciones, nuesta decisión por el SI.
 
No permitiremos que nuestro presente y nuestro futuro sea decidido en un dialogo de elites económicas y políticas, en el que pretenden primar, entre otros, los inetreses de unos pocos que buscan garantizar la impunidad para sectores economicos, politicos y de de la Fuerza Pública y particulares, vinculados en graves violaciones a los derechos humanos.
 
Por ello nuestro llamado para que el Presidente Santos busque los mecanismos juridicos, politicos y operativos para que los acuerdos de la Habana se implementen sin dilaciones, sin retardos, sin injerencias de quienes no estan interesados en la Paz.
 
El Pueblo ZioBain seguira caminando, en colectivo, sin renunciar a nuestros sueños, a los sueños de todas las victimas y los sectores sociales que creen y bregan por la paz, con la digna terquedad de quienes defendemos y luchamos por la vida, con la esperanza y la alegria de saber que la paz es posible con verdad, justicia y reparacion inetgral.  
 
Con Nosotros y Nosotras cuenten siempre para la Paz con Justicia Social, nunca para la guerra!.
Firma:
 
 
MARIO ALBERTO ERAZO YAIGUAJE
GOBERNADOR
RESGUARDO INDIGENA SIONA BUENAVISTA
 
 

La guerra a la mierda: no nos dejaremos arrebatar la paz Por: Mónica Valdés - Redprodepaz

La guerra a la mierda: no nos dejaremos arrebatar la paz
Por: Mónica Valdés - Redprodepaz
Un llamado urgente a mantener el cese al fuego bilateral permanente y a proteger el Acuerdo Final hicieron 80 organizaciones sociales abanderadas de las campañas del Sí reunidas hoy en Bogotá,  manifestando su preocupación por el aprovechamiento partidista de la crisis y el sentimiento de incertidumbre que tiene el país tras el triunfo del No en el plebiscito.
Más de 200 personas representantes de distintas plataformas sociales que movilizaron el sí en la campaña del plebiscito se declararon en movilización permanente para instar a todas las partes a no claudicar al anhelo de paz que los votantes del sí y el no han manifestado tener. Asimismo, pidieron reconocer que 19 departamentos respaldaron el Acuerdo, en especial, en las poblaciones y comunidades más afectadas por los estragos de la guerra. 
Antanas Mockus  propuso ejercicios sanadores para evitar la polarización como decirnos entre ciudadanos: “Tú también ayudaste, yo también ayude, aunque no quieras tú vas a ayudar” y  encontrar la solución para convocar acciones ciudadanas permanente por la paz y la reconciliación,  invitó a escribir cartas a las FARC y las víctimas e incluso hacer acciones para “Mandar la guerra a la mierda”.
“Quienes votamos somos una porción fundamental de la sociedad. Somos 6.377.482 ciudadanos que apoyamos el Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera y ofrecemos al país nuestra vocación de paz”, señaló Antonio Madarriaga, director de Viva la Ciudadanía.
Por su parte, varias de las representantes de organizaciones de mujeres como Sisma y Un Millón de Mujeres de Paz dieron su voto de confianza al diálogo político nacional en el que la sociedad civil y las víctimas deben incluirse y solicitaron el apoyo de la comunidad Internacional para que mantenga su acompañamiento para garantizar la seguridad de las tropas de las FARC.
Las distintas voces que se hicieron escuchar insistieron en la necesidad de mantener un espíritu unitario desprovisto de protagonismos y en no perder los aprendizajes de diálogo que las partes han demostrado y enviaron un mensaje de exigencia al Gobierno Nacional, el Congreso, a los partidos políticos, a los empresarios, a la comunidad internacional, a las FARC y al ELN, y en fin, a la sociedad en su conjunto, de la urgencia de seguir transitando el camino de la salida política, porque va quedando atrás la búsqueda de soluciones y el trámite de las diferencias por medio de la violencia.
Por otra parte, no concedieron legitimidad al Centro Democrático para llevar las riendas del proceso y advirtieron que el poder que representa el senador Álvaro Uribe quiere echar al piso los temas de verdad y la responsabilidad en los crímenes de Estado así como restringir el acuerdo de desarrollo rural y la distribución de tierras para los campesinos. “No podemos dejarle al Uribismo que administre la paz”, reiteró Nelson Linares de la campaña Sí Paz Con Todos. Todo lo contrario: “La sociedad debe participar decisoriamente en la construcción de la paz”, propuso Mesa por la Paz.
 Si bien las organizaciones sociales y sus plataformas de campaña por el sí ratificaron el liderazgo del gobierno nacional para salvar el proceso de paz, mostraron su preocupación de generar acuerdos de élites sin tener en cuenta a la insurgencia, a la sociedad civil y a las víctimas. Los sindicatos y el Congreso de los Pueblos insistieron en proteger la participación ciudadana en la toma de decisiones de cara al Acuerdo Final  y no permitir que se reduzca a las élites.
En todo caso, el proceso de negociación debe ser rápido y blindado de intereses partidistas y de dilaciones con miras a la campaña presidencial del 2018.
Señalaron enfáticamente que no renunciarán al anhelo de acabar con la guerra y que seguirán del lado de las víctimas como centro de los acuerdos, porque “nosotras no aceptaremos menos verdad, menos justicia y menos reparación”.
Dentro del abanico de propuestas, se expuso la realización de movilizaciones ciudadanas en todo el país; campamentos permanentes como presión social para que se continúe el diálogo y se actúe con prontitud; la exigencia al Congreso para que legisle por la paz; el apoyo a gobernadores y alcaldes; seguir convocando la creatividad junto a los artistas y los jóvenes. Una crítica al poder mediático que hace show de las posturas opositoras pero cierra posibilidades para la pedagogía y la conversación plural que no permite que las voces por la paz sean escuchadas.
 Finalmente, la campaña Paz Completa reiteró la oportunidad del diálogo social y nacional e instó al ELN para que mantenga la tregua unilateral e hizo una invitación para que se sienten ya con el gobierno nacional para adelantar la agenda de negociación en la que la sociedad civil está presta a participar.

Enfoque de género. Humberto de la Calle


Humberto de la Calle

Enfoque de género

El enfoque de género corresponde exactamente a los principios constitucionales vigentes.
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De manera falsa se ha venido difundiendo la información de que el Acuerdo de La Habana contiene elementos de la llamada ideología de género. No es cierto. Se trata de una maniobra para atacar el Acuerdo como un todo. Lo que hicimos en La Habana fue adoptar un enfoque de género que tuviera en cuenta las diferencias en las consecuencias dañinas del conflicto, reconociendo que la mujer ha sufrido un impacto enorme, no solo como víctima directa de graves crímenes, la violencia sexual entre ellos, sino también en su condición de hija, madre, esposa y, en muchos casos, responsable solitaria de la preservación del hogar. Este punto de partida implica el compromiso de acentuar en la mujer el proceso de reparación, así como instaurar políticas y herramientas concretas que atenúen, y a la larga supriman, la discriminación ancestral que ha sufrido la mujer.
Vamos al texto y dejemos la especulación. En la página 10 del Acuerdo se lee: “Igualdad y enfoque de género: reconocimiento de las mujeres como ciudadanas autónomas, sujetos de derecho que, independientemente de su estado civil, relación familiar o comunitaria, tienen acceso en condiciones de igualdad con respecto a los hombres a la propiedad de la tierra y proyectos productivos, opciones de financiamiento, infraestructura, servicios técnicos y formación, entre otros; atendiendo las condiciones sociales e institucionales que han impedido a las mujeres acceder a activos productivos y bienes públicos y sociales. Este reconocimiento implica la adopción de medidas... teniendo en cuenta las necesidades específicas y condiciones diferenciales de las mujeres, de acuerdo con su ciclo vital, afectaciones y necesidades”.

Y dentro del amplio marco de la no discriminación, la mención de la comunidad LGBTI busca un compromiso dirigido a evitar el gueto cultural que han padecido, en menoscabo de derechos fundamentales a toda persona.
El Acuerdo no toca los temas del matrimonio, la familia, las parejas del mismo sexo ni nada de lo que uno pudiera imaginar como ingrediente de la llamada ideología de género. Entendemos y respetamos la sensibilidad de estas disyuntivas morales. El enfoque de género corresponde exactamente a los principios constitucionales vigentes. Su única ideología es la Constitución.
Para quienes se oponen al Acuerdo en este punto, hay dos caminos: o entienden que han sido informados de manera sesgada, o aceptan que su verdadero propósito es mantener a la mujer confinada a patrones discriminatorios y a la población LGBTI presa de la homofobia.
Esa es la verdadera discusión.
Apostilla: circula en redes sociales una intervención mía sobre este tema, la cual ha sido recortada y malinterpretada. Mis expresiones incluyeron una cita literaria, cuyo propósito no era desconocer realidades anatómicas y fisiológicas de hombres y mujeres. No cometería esa tontería. El propósito era señalar que el rol asignado a ellos, si bien parte de realidades genéticas, se alimenta también de patrones sociales. De allí surge el machismo, por ejemplo, que ha menospreciado el papel de la mujer y ha dificultado su desarrollo pleno.
Un enfoque de género busca obtener la integralidad del reconocimiento de los derechos de la mujer en la vida social. Y en cuanto a la población LGBTI, me inspiré en las palabras del papa Francisco: los miembros de la población LGBTI “no deben ser objeto de discriminación y deben ser respetados y acompañados espiritualmente”.
HUMBERTO DE LA CALLE

Ellos....Por: William Ospina

Ellos

William Ospina
Han tenido por 150 años el país en sus manos, y somos el cuarto país más desigual del planeta, después de Suráfrica, Haití y Honduras.
Por: William Ospina
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Tuvimos agricultura: la eliminaron, y ahora hasta el maíz lo importamos. Tuvimos industria: la cerraron, y ahora Colombia tiene que importarlo todo. ¿Pero con qué compramos si no producimos?
Han aceptado de los poderes multinacionales la orden de reducir nuestra actividad a la economía extractiva, como en el siglo XVI; ahora, cuando ya las riquezas guardadas en la tierra hay que extraerlas fracturando los montes, destruyendo los suelos y envenenando las aguas.
Ellos son los que deciden, son los que mandan, son los que supuestamente saben; ellos son los que odian, y día tras día nos dicen a quién hay que odiar para que ellos puedan ser eternos.
Hace setenta años utilizan la guerra para algo que no es mejorar el país. ¿Hoy qué pueden mostrar? Estamos sin agricultura, sin industria, sin trabajo, con una educación que no entiende lo que lee, con una salud de limosna, sin seguridad, sin futuro, en manos de una dirigencia que gasta todos los recursos en reelegirse, y que tiene el presupuesto lleno de venas rotas de corrupción por las que se va nuestra sangre.
En ambos bandos hoy enfrentados militan los viejos apellidos del poder: los Santos y los Lleras, los Holguín y los Caro, los Uribe y los Pastrana, los Mosquera y los López. Qué fácil les resulta hacer la guerra: para la guerra no necesitan plebiscitos, ni convocar acuerdos, ni diseñar presupuestos a pesar de ser tan costosa; pero qué difícil les resulta hacer la paz, ahí sí resultan llenos de titubeos y de escrúpulos constitucionales.
Para hacer la guerra nunca requieren filigranas jurídicas: para hacer la paz todo es un laberinto sin luces. La paz que salva vidas les despierta infinitos desacuerdos, la guerra que consume gente pobre la declaran con una facilidad asombrosa.
El 2 de octubre las mayorías se negaron a creerles a las ilusiones del Sí y a las confusiones del No. Santos pudo haber logrado una mayoría abrumadora: pero su desconfianza de la gente hizo que la comunidad nunca fuera convocada más que a ser testigo lejano y aplaudir los acuerdos. Pero la paz es de la gente y sólo puede construirse con la gente. Las ilusiones llenas de secretos se terminan en lágrimas.
En Colombia sólo un 20 por ciento está incluido, está formalizado. Leer los acuerdos de La Habana, que vuelven a formular como promesas un montón de cosas que ya están consagradas en la Constitución, sólo sirve para comprobar que lo que hay escrito en la Constitución no se cumple. Todos sabemos a qué grados de ineficiencia puede llegar aquí la protección de los derechos y la justicia. Pero en cambio hay que ver a los políticos atravesando incisos, oponiendo la máquina de una legalidad que siempre fue tramposa, cuando se trata de impedir que algo cambie.
Lo que en el fondo quieren impedir es que Colombia se sienta dueña de sí misma. Nunca se había visto una situación más incomprensible: la guerrilla quiere dejar de hacer la guerra, y los dueños del país no se ponen de acuerdo para aceptarlo.
Si queremos saber dónde están los responsables de la guerra, los que más se beneficiaron de ella, basta ver quiénes son los que hoy forcejean por imponerse en los acuerdos, porque todos manejan una agenda secreta, un libreto que no puede decirse.
Colombia tiene la mitad de su territorio en el segundo día de la creación. Lo que se está decidiendo es si esas riquezas serán manejadas por la vieja casta centralista o por la nueva casta facciosa, para deleite de las multinacionales frente a las cuales ellos no tienen ningún desacuerdo. Ambas saben besar al poder mundial en la boca, pero les cuesta unirse, a no ser que nos vean unidos. Quizá en ese momento se darán un abrazo instintivo.
Hace 68 años murió Jorge Eliécer Gaitán. Fue la última vez que el pueblo colombiano tuvo una esperanza. Con estas largas guerras han logrado tres cosas: que tuviéramos miedo de tener esperanzas, que aprendiéramos a odiarnos y a recelar los unos de los otros, y que ya no nos creyéramos capaces de reemplazarlos, para construir de verdad la grandeza de este país. Sin la tutela de las castas guerreras, del santanderismo leguleyo, del fanatismo que no ve la religión como un ejemplo de moral para la convivencia sino como una escuela de intolerancia.
La historia nos está enviando un mensaje: “Olvídense de Santos y de Uribe, olvídense de esa clase política que en tantas décadas no ha sido capaz de arreglar el país, que al contrario ha abusado de su confianza y de su esperanza, esa clase política que ahora forcejea, cuando podríamos estar a las puertas de la reconciliación, mirándose con odio, contagiando ese odio, preocupada sólo por saber quién se va a quedar con el tesoro”.
¿Seguiremos sentados y cruzados de brazos esperando el país que van a diseñar para nosotros? ¿Suplicando la paz que sólo los que no hemos hecho la guerra podemos hacer? ¿Por qué no nos atrevemos a ser algo por nosotros mismos: la voz de un pueblo alegre, pacífico, laborioso, creador, cansado de guerras, de exclusión y de corrupción? Ese pueblo que nunca decidió, pero que siempre supo hacer músicas y relatos, carnavales, recetas, proezas del deporte sin ayuda de nadie, conocimiento de la selva y del río, esas gentes pobres que a golpe de necesidad fueron las que abrieron este país al mundo.
Rompamos los barrotes del miedo. Que comience la fiesta de la democracia. Que dictemos por fin una ley que se cumpla, una ley que sea válida para todos y que no caiga con su peso sólo sobre los débiles y los humildes. Porque ya es hora de decir que no se trata sólo de que el ciudadano respete la ley, sino sobre todo de que la ley respete al ciudadano.
No más impuestos para la corrupción: un orden social verdadero para la paz, para la convivencia, para el abrazo de la sociedad, para el diálogo creador con un mundo en peligro.
La paz no se hace para los políticos y para la guerrilla: se hace para el país.
Seamos más que ellos. Hagámoslo nosotros.