miércoles, 24 de junio de 2015

El cura Camilo Torres revive en teatro

El cura Camilo Torres revive en teatro

El Teatro La Candelaria estrena una obra sobre uno de los personajes que marcaron la historia reciente del país. Dirigida por Patricia Ariza, estará disponible del 8 al 18 de julio.
 'Camilo' se estrenará el 8 de julio y se presentará hasta el 18 del mismo mes en el Teatro La Candelaria, ubicado en la calle 12 N° 2 – 59. Foto: Cortesía.
13 actores y actrices de distintas generaciones serán Camilo Torres en Camilo, el nuevo montaje del Teatro La Candelaria, una obra que combina elementos de performance, danza, video y música en vivo. La historia narra las vivencias, pasiones, conflictos y convicciones que rodearon la vida del sacerdote, guerrillero y sociólogo Camilo Torres, quien al encontrar la estigmatización de sus ideas se sintió solo y abatido y casi sin avisarle a nadie se enganchó en la lucha armada y enfiló en el ELN. 

Con diversas coreografías, tangos, música experimental, folclórica e intensos momentos dramáticos, la obra es una puesta en escena impactante que pretende revelarle al público quién fue este hombre, que hoy, casi 40 años después de su muerte, aún ronda en la memoria de millones de colombianos con diversas facetas.

En términos de Patricia Ariza, directora de la obra, “el grupo La Candelaria escogió esta obra por la riqueza de la personalidad de este hombre de familia de élite, sacerdote, sociólogo y político, unitario y solitario”. Por su parte César Badillo, actor del grupo, considera que esta obra busca “traer al futuro a Camilo Torres”.

El proceso de creación de la obra lleva aproximadamente un año, su investigación incluyó investigación de documentos históricos, cartas, conversatorios con personas que conocieron a Camilo Torres, películas y libros. Por esta razón la obra permitirá tener una visión integral de este paradigmático personaje. En esta obra, por igual, actores y actrices son Camilo en distintas etapas de su vida.

La obra busca ofrecer un testimonio múltiple de este personaje emblemático cuyos ideales lo llevaron a debatirse entre la mística cristiana y la fe revolucionaria. Al llamado 'cura guerrillero' se le considera fundador de la sociología en Colombia junto con Orlando Fals Borda. Durante su vida, además, promovió el diálogo entre el marxismo y el catolicismo. Fue ordenado sacerdote en 1954 luego de estudiar ciencias eclesiásticas en la Arquidiócesis de Bogotá.

Su nombre es relacionado con la teología de la liberación y su discurso se basó siempre en la ‘eficacia del amor’, pero fue incomprendido por la iglesia y por el Estado, por eso, según él, se vio obligado a irse al monte. Pero debido a su inexperiencia empuñando un arma, en el primer combate cayó abatido a manos de un soldado de tropas de la Quinta Brigada de Bucaramanga, quien quizá ni se enteró a quién había matado.


Camilo se estrenará el 8 de julio y se presentará hasta el 18 del mismo mes en el Teatro La Candelaria, ubicado en la calle 12 N° 2 – 59. 
Boletas: Estudiantes: $12.000 – General: $24.000. 
Hora: 7:30 p. m. 

“La cárcel no garantiza que haya justicia”

“La cárcel no garantiza que haya justicia”

Jhon Paul Lederach habla sobre la capacidad transformadora de un acuerdo de paz, si se negocia con detalle, y se implementa con profundidad. Es optimista con la negociación de La Habana.
lederachJohn Paul Lederach, experto en procesos de paz. Foto: archivo Semana.
John Paul Lederach ha pasado casi toda su vida estudiando los procesos de paz. Desde la Universidad de Notre Dame, en Indiana, Estados Unidos, ha construido una matriz sobre acuerdos globales (Map) que le ha permitido estudiar más de 600 procesos de paz, y hacerle seguimiento comparado a 34 acuerdos durante su implementación, y en algunos casos como el de Nepal, con una participación activa en terreno. Desde hace muchos años ha estado vinculado a la  construcción de paz en Colombia, especialmente con comunidades campesinas del Magdalena Medio y los Montes de María. Actualmente es una de las voces más respetadas a nivel internacional por el rigor de sus investigaciones. Su libro La imaginación moral es considerado una biblia sobre la reconciliación.
Verdad Abierta: Usted ha sido testigo de varios procesos de paz fallidos en Colombia ¿Esta vez será la vencida?
John Paul Lederach: Creo que esta vez hay un esfuerzo muy serio. Hubo un tiempo de preparación y una agenda que no lo abarca todo, sino los temas más estratégicos. Las partes han tenido capacidad de sostener el diálogo a pesar de los problemas que hay fuera de la mesa. De otro lado, yo nunca había visto una participación tan directa de las víctimas. Además la frase que tomaron de Irlanda del Norte, de que nada está acordado hasta que todo este acordado, les ha permitido trabajar a fondo. Quienes estudiamos procesos de paz sabemos que lo que importan es el paquete completo de los acuerdos y no los temas aislados. Sin embargo, me preocupa que todavía hay imaginarios diferentes sobre cuál va a ser el final.
VA: ¿Va demasiado lento este proceso?
L: No necesariamente. Pocos países que tienen conflictos de más de medio siglo como Colombia, quizá Sudán y Maynmar. En Nepal la guerra propiamente duró diez años, y  en Irlanda 32. Que se estén tomando tiempo es un signo de seriedad. Los estudios que hemos hecho de 34 acuerdos de paz nos dicen que la calidad de la implementación es mayor cuando se han tocado los temas estratégicos, cuando se acuerdan con mayor detalle los procedimientos, y hay mayor participación de la sociedad civil. Y todo eso toma tiempo. No es la firma sino la calidad de la implementación la que puede cambiar los patrones históricos de violencia.
VA: ¿Se están creando demasiadas expectativas con los cambios que puede traer un acuerdo?
L: Nosotros hemos comparado casos o países donde hubo victoria militar como Sri Lanka, con otros donde hubo acuerdos de paz fallidos como Liberia, y otros que funcionarios bien, y encontramos por ejemplo que la cifra de mortalidad infantil mejoró donde hubo acuerdos duraderos, más que en lugares donde hubo por ejemplo victoria militar; el nivel de participación en la educación formal creció, especialmente de las niñas; y que la inversión extranjera subió de manera impresionante. Un acuerdo duradero beneficia a la sociedad más allá de los que están negociando.
VA: La opinión pública no respalda el proceso de paz. ¿Qué tan crítico es esto?
L: Mucho. Liderar el imaginario social nacional en un proceso de paz es un gran reto. Se necesitan espacios protegidos donde las partes puedan intercambiar propuestas e ideas y también de transparencia para divulgar lo acordado como se está haciendo en Colombia. Pero tengo la impresión de que mucha gente no lee los detalles de lo que está pasando en La Habana. Lo que ocurre allí se ve distante. Me preocupa esa sensación de distancia. Hay que construir un ideario de que en Colombia cabe todo el mundo, sin armas, respetando la diversidad política. Ese es finalmente el trasfondo de un proceso de paz.
Los diálogos de paz se realizan desde hace más de dos años en Cuba, y las dos partes han llegado a acuerdos en tres puntos de la agenda de negociación. Foto: archivo Semana.
VA: La sensación general es que en las últimas semanas retrocedimos en la construcción de ese imaginario…
L: Es normal que durante los diálogos haya episodios violentos. Pero acudiendo de nuevo a la comparación, quienes negocian deberían tener formas de cese del fuego para bajar la violencia. En Nicaragua,  en un proceso hace unos años, no hubo cese, pero cada una de las partes, de manera informal, decidió no hacer acciones ofensivas. Esas son medidas de confianza. En Colombia hasta ahora se está llegando al intercambio de perspectivas militares en la Mesa. La experiencia con el cese del fuego en otros lugares es que cualquier episodio que rompa el cese, rompe el diálogo. Aquí el principio es que estos hechos no afecten la continuidad de las conversaciones. Una semana como la que acaba de pasar demuestra que esto no es nada fácil. Yo espero que más temprano que tarde se logre un entendimiento sobre lo bélico.
VA: Y aunque se logre un acuerdo, queda el gran reto de la reconciliación…
L: La reconciliación es un concepto complejo. Es un horizonte. Se trata de imaginarnos un territorio donde cabemos todos y no nos matamos, con instituciones que le sirvan a la gente, y una sociedad civil robusta. Ahora, a ese horizonte no se llega, sino que sirve para crear camino. Hay grupos muy afectados por la guerra y la reconciliación perfecta no existe. Lo que podemos medir como reconciliación es la transformación en la calidad de las relaciones. Tener espacios para el encuentro sincero. No se trata de tener consensos, sino de ser honestos. Estar con el otro, aún en desacuerdo, pero tener conversaciones significativas, que tengan peso, y que sean sostenidas. En la reconciliación se trata de recordar y cambiar, no perdonar y olvidar; porque lo que hemos vivido camina con nosotros para siempre.
VA: El proceso de paz está atascado en el tema de justicia… ¿Cuál ha sido la experiencia internacional en esta materia?
L: En algunos casos se ha usado un modelo muy liberal y se ha pasado de procesos armados a participar directamente en la política; de las armas a las urnas, donde se crean partidos políticos y estos son patrones típicos de amnistías, con poca verdad y donde nadie paga por lo que se ha hecho en el pasado.  Hay modelos donde las atrocidades de mayor importancia se juzgan en tribunales específicos, nacionales o internacionales, donde algunas personas pasan un tiempo en la cárcel. En Colombia no será fácil remontar las atrocidades cometidas durante 50 años, y dar pasos simbólicos para afrontarlas.
VA: ¿Deberían ir a la cárcel los responsables de estas atrocidades?
L: El mejor indicador de justicia no es la cárcel sino la transformación profunda de las relaciones. En casi todos los países la gente que ha sufrido con la guerra pide cosas distintas a la cárcel. Piden saber que pasó, por qué les hicieron sufrir, cosas concretas como hallar los cuerpos. Pero también les preocupa el futuro: ¿qué va a pasar con nosotros, con nuestras tierras, con los hijos? Se preguntan de qué les sirve que alguien esté en la cárcel si no tienen casa o educación. Por eso la no repetición es lo más importante. Ahora ¿Se controla más la no repetición si algunos van a la cárcel? Eso no es fácil verlo empíricamente. A mí me preocupa menos el tiempo que pasen en la cárcel, y más a qué se van a dedicar en el futuro. Porque lo que se quiere es reducir la violencia y el control por las armas, pero si en el futuro las formas de hacerse la vida son las mismas con otro uniforme…eso me preocupa.
VA: ¿Cómo pueden transformarse personas que han durado décadas en la violencia?
L: La pregunta es cómo disminuir la violencia y tener relaciones más justas. Eso requiere que haya transformaciones estructurales, personales y en las relaciones. Se requieren estrategias por ejemplo para aterrizar los acuerdos en lo regional. Porque es allí donde la gente va a convivir con aquellos que han generado mucho dolor. Con el enemigo. Lo que tiene que cambiar es que la enemistad no signifique violencia, ni exclusión, ni control.

miércoles, 17 de junio de 2015

Declaración de Bogotá Hombres y mujeres, activistas y miembros de movimientos afros

Declaración  de Bogotá
Hombres y mujeres, activistas y miembros de  movimientos afros, reunidos en Bogotá, Colombia, en ocasión del inicio del Decenio de los afrodescendientes. Representando a Colombia, Uruguay, Brasil, República Dominicana, Cuba, Venezuela, Bolivia, Perú y Estados Unidos y Francia.
Considerando:
Que la tragedia y los horrores del sistema inhumano de la Trata Transatlántica de Esclavos, que desarraigó de sus hogares de 15 a 20 millones de hombres, mujeres y niños, quienes fueron embarcados e intercambiados como carga a las Américas, recibiendo un trato indigno, injusto e inhumano, y sometidos a la tortura, el abuso y el trabajo forzado;

Que en 2001 se reconociera internacionalmente que el comercio transatlántico de esclavos había constituido un crimen contra la humanidad, permitió abrir una brecha en la muralla de silencio erigida para ocultar la mayor deportación de la historia de la humanidad. Ha llegado el momento de la reparación histórica, económica,  moral y ética de ese crimen.

Que existimos como pueblo desde antes de la formación de los Estados y que hemos aportado en el desarrollo histórico, social, político, económico y cultural de nuestros países. Que nuestra identidad tiene múltiples y vitales  expresiones actuales que recrean nuestra herencia africana y  nuestra convivencia con los pueblos indígenas y mestizos de nuestros países.

Que el Decenio de los afrodescendientes es una oportunidad para fortalecer políticas nacionales y regionales que beneficien a la población afrodescendiente.
Que en  el decenio de los afrodescendientes el papel de la sociedad civil debe ser  relevante en la   lucha por la exigibilidad del Decenio, que sus acciones deben tener impacto en la profundización de la democracia y en el reconocimiento pleno de los derechos como pueblos y  de ciudadanía de los afrodescendientes.
ACORDAMOS
Ampliar la base social de la Articulación regional afrodescendiente en América Latina y el Caribe- ARAAC,  que debe ocupar su lugar en el Grupo de trabajo sobre afrodescendientes en el Consejo de Derechos Humanos. Lo mismo que trabajar por la formación de líderes y lideresas en las Américas.
 Activar el Grupo de Trabajo de la CELAC e implementar un Plan de Trabajo por la declaración del decenio de los afrodescendientes Latinoamericanos y del Caribe, con la incorporación a este Grupo de los movimientos sociales y organizaciones de este sector.
Movilizar  la sociedad civil y la construcción de una fuerza de presión sobre los gobiernos, deben ser tareas principales para hacer realidad el Decenio de los afrodescendientes.
Centrar esfuerzos en un asunto capital: la reparación histórica con nuestros pueblos. Proponemos de acuerdo a las condiciones de cada país,  constituir desde el Movimiento social un  Grupo de Trabajo sobre Reparación Histórica  en cada país de América Latina y el Caribe, que elabore un informe sobre el tema con sus correspondientes recomendaciones.
Adelantar una campaña continental contra el racismo, la xenofobia y todas las formas de discriminación racial haciendo énfasis en la superación del  racismo estructural afincado en las estructuras económicas capitalistas de nuestros países que evitan el desarrollo de nuestros pueblos afrodescendientes en sus territorios y en la vida cultural,  social y política.
Llevar el tema de Haiti a la reunión de la Celac en Santo Domingo en el 2016.
Repudiar la expulsión del pueblo Garífuna de Honduras a través de las supuestas ciudades modelo (ZEDE), mega proyectos turísticos y empresas extractivas, al mismo tiempo que el Estado promueve la división y desconoce sus particularidades culturales.
Exigir a los Estados, gobiernos de América Latina y el Caribe orientar sus políticas al logro definitivo de  sociedades democráticas, libres de discriminación racial, racismo y xenofobia y demás formas de intolerancia, haciendo efectivas el carácter multiétnico y pluricultural de los pueblos de la región.
Hacer la sugerencia de un encuentro de los pueblos de movimientos sociales afro de América Latina y de África aprovechando que  Ecuador será la sede del IV Encuentro ÁFRICA-SURAMERICA en 2016.
Hacia la reunión de Santo Domingo 2016, elaborar un plan de trabajo en lo político/ideológico y organizativo, para lo cual se debe convocar a al V encuentro afrodescendientes y transfromaciones revolucionarias a finales del 2015 y poder avanzar en el fortalecimiento de la Autonomía, autodeterminación y gobierno de nuestros pueblos en este Decenio.
Queremos como pueblos afrodescendientes seguir siendo parte del desarrollo de nuestros países en igualdad de derechos y condiciones que el resto de grupos sociales que conforman nuestros países.
Saludamos los avances de los diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y las Farc-ep en la Habana y llamamos a que sean ampliados a toda la insurgencia,  aspiramos a que al hablar de paz sean tenidas presentes  las reivindicaciones  particulares e históricas del pueblo afrocolombiano que se pueden concretar en   una Asamblea Nacional Constituyente, como parte de las herramientas necesarias para trabajar por la paz al permitir que se escuche la voz del pueblo afro y se construya un nuevo pacto social en pos de la profundización de la democracia en Colombia.
Saludamos la conferencia mundial Afro Madrid 2015.
Bogotá a los 23 días de mes de Mayo del año 2015

“La cárcel no garantiza que haya justicia”

“La cárcel no garantiza que haya justicia”

Jhon Paul Lederach habla sobre la capacidad transformadora de un acuerdo de paz, si se negocia con detalle, y se implementa con profundidad. Es optimista con la negociación de La Habana.
lederachJohn Paul Lederach, experto en procesos de paz. Foto: archivo Semana.
John Paul Lederach ha pasado casi toda su vida estudiando los procesos de paz. Desde la Universidad de Notre Dame, en Indiana, Estados Unidos, ha construido una matriz sobre acuerdos globales (Map) que le ha permitido estudiar más de 600 procesos de paz, y hacerle seguimiento comparado a 34 acuerdos durante su implementación, y en algunos casos como el de Nepal, con una participación activa en terreno. Desde hace muchos años ha estado vinculado a la  construcción de paz en Colombia, especialmente con comunidades campesinas del Magdalena Medio y los Montes de María. Actualmente es una de las voces más respetadas a nivel internacional por el rigor de sus investigaciones. Su libro La imaginación moral es considerado una biblia sobre la reconciliación.
Verdad Abierta: Usted ha sido testigo de varios procesos de paz fallidos en Colombia ¿Esta vez será la vencida?
John Paul Lederach: Creo que esta vez hay un esfuerzo muy serio. Hubo un tiempo de preparación y una agenda que no lo abarca todo, sino los temas más estratégicos. Las partes han tenido capacidad de sostener el diálogo a pesar de los problemas que hay fuera de la mesa. De otro lado, yo nunca había visto una participación tan directa de las víctimas. Además la frase que tomaron de Irlanda del Norte, de que nada está acordado hasta que todo este acordado, les ha permitido trabajar a fondo. Quienes estudiamos procesos de paz sabemos que lo que importan es el paquete completo de los acuerdos y no los temas aislados. Sin embargo, me preocupa que todavía hay imaginarios diferentes sobre cuál va a ser el final.
VA: ¿Va demasiado lento este proceso?
L: No necesariamente. Pocos países que tienen conflictos de más de medio siglo como Colombia, quizá Sudán y Maynmar. En Nepal la guerra propiamente duró diez años, y  en Irlanda 32. Que se estén tomando tiempo es un signo de seriedad. Los estudios que hemos hecho de 34 acuerdos de paz nos dicen que la calidad de la implementación es mayor cuando se han tocado los temas estratégicos, cuando se acuerdan con mayor detalle los procedimientos, y hay mayor participación de la sociedad civil. Y todo eso toma tiempo. No es la firma sino la calidad de la implementación la que puede cambiar los patrones históricos de violencia.
VA: ¿Se están creando demasiadas expectativas con los cambios que puede traer un acuerdo?
L: Nosotros hemos comparado casos o países donde hubo victoria militar como Sri Lanka, con otros donde hubo acuerdos de paz fallidos como Liberia, y otros que funcionarios bien, y encontramos por ejemplo que la cifra de mortalidad infantil mejoró donde hubo acuerdos duraderos, más que en lugares donde hubo por ejemplo victoria militar; el nivel de participación en la educación formal creció, especialmente de las niñas; y que la inversión extranjera subió de manera impresionante. Un acuerdo duradero beneficia a la sociedad más allá de los que están negociando.
VA: La opinión pública no respalda el proceso de paz. ¿Qué tan crítico es esto?
L: Mucho. Liderar el imaginario social nacional en un proceso de paz es un gran reto. Se necesitan espacios protegidos donde las partes puedan intercambiar propuestas e ideas y también de transparencia para divulgar lo acordado como se está haciendo en Colombia. Pero tengo la impresión de que mucha gente no lee los detalles de lo que está pasando en La Habana. Lo que ocurre allí se ve distante. Me preocupa esa sensación de distancia. Hay que construir un ideario de que en Colombia cabe todo el mundo, sin armas, respetando la diversidad política. Ese es finalmente el trasfondo de un proceso de paz.
Los diálogos de paz se realizan desde hace más de dos años en Cuba, y las dos partes han llegado a acuerdos en tres puntos de la agenda de negociación. Foto: archivo Semana.
VA: La sensación general es que en las últimas semanas retrocedimos en la construcción de ese imaginario…
L: Es normal que durante los diálogos haya episodios violentos. Pero acudiendo de nuevo a la comparación, quienes negocian deberían tener formas de cese del fuego para bajar la violencia. En Nicaragua,  en un proceso hace unos años, no hubo cese, pero cada una de las partes, de manera informal, decidió no hacer acciones ofensivas. Esas son medidas de confianza. En Colombia hasta ahora se está llegando al intercambio de perspectivas militares en la Mesa. La experiencia con el cese del fuego en otros lugares es que cualquier episodio que rompa el cese, rompe el diálogo. Aquí el principio es que estos hechos no afecten la continuidad de las conversaciones. Una semana como la que acaba de pasar demuestra que esto no es nada fácil. Yo espero que más temprano que tarde se logre un entendimiento sobre lo bélico.
VA: Y aunque se logre un acuerdo, queda el gran reto de la reconciliación…
L: La reconciliación es un concepto complejo. Es un horizonte. Se trata de imaginarnos un territorio donde cabemos todos y no nos matamos, con instituciones que le sirvan a la gente, y una sociedad civil robusta. Ahora, a ese horizonte no se llega, sino que sirve para crear camino. Hay grupos muy afectados por la guerra y la reconciliación perfecta no existe. Lo que podemos medir como reconciliación es la transformación en la calidad de las relaciones. Tener espacios para el encuentro sincero. No se trata de tener consensos, sino de ser honestos. Estar con el otro, aún en desacuerdo, pero tener conversaciones significativas, que tengan peso, y que sean sostenidas. En la reconciliación se trata de recordar y cambiar, no perdonar y olvidar; porque lo que hemos vivido camina con nosotros para siempre.
VA: El proceso de paz está atascado en el tema de justicia… ¿Cuál ha sido la experiencia internacional en esta materia?
L: En algunos casos se ha usado un modelo muy liberal y se ha pasado de procesos armados a participar directamente en la política; de las armas a las urnas, donde se crean partidos políticos y estos son patrones típicos de amnistías, con poca verdad y donde nadie paga por lo que se ha hecho en el pasado.  Hay modelos donde las atrocidades de mayor importancia se juzgan en tribunales específicos, nacionales o internacionales, donde algunas personas pasan un tiempo en la cárcel. En Colombia no será fácil remontar las atrocidades cometidas durante 50 años, y dar pasos simbólicos para afrontarlas.
VA: ¿Deberían ir a la cárcel los responsables de estas atrocidades?
L: El mejor indicador de justicia no es la cárcel sino la transformación profunda de las relaciones. En casi todos los países la gente que ha sufrido con la guerra pide cosas distintas a la cárcel. Piden saber que pasó, por qué les hicieron sufrir, cosas concretas como hallar los cuerpos. Pero también les preocupa el futuro: ¿qué va a pasar con nosotros, con nuestras tierras, con los hijos? Se preguntan de qué les sirve que alguien esté en la cárcel si no tienen casa o educación. Por eso la no repetición es lo más importante. Ahora ¿Se controla más la no repetición si algunos van a la cárcel? Eso no es fácil verlo empíricamente. A mí me preocupa menos el tiempo que pasen en la cárcel, y más a qué se van a dedicar en el futuro. Porque lo que se quiere es reducir la violencia y el control por las armas, pero si en el futuro las formas de hacerse la vida son las mismas con otro uniforme…eso me preocupa.
VA: ¿Cómo pueden transformarse personas que han durado décadas en la violencia?

L: La pregunta es cómo disminuir la violencia y tener relaciones más justas. Eso requiere que haya transformaciones estructurales, personales y en las relaciones. Se requieren estrategias por ejemplo para aterrizar los acuerdos en lo regional. Porque es allí donde la gente va a convivir con aquellos que han generado mucho dolor. Con el enemigo. Lo que tiene que cambiar es que la enemistad no signifique violencia, ni exclusión, ni control.

martes, 16 de junio de 2015

El Pepe conmocionó la clausura del II Foro por la Paz de Colombia en Montevideo.

El Pepe conmocionó la clausura del II Foro por la Paz de Colombia en Montevideo.
Por: Luis I. Sandoval / El Espectador
Mujica, expresidente uruguayo, dijo el domingo 7 de junio en el Paraninfo de la Universidad de la República, colmado de jóvenes, banderas, consignas cantadas, dirigentes del Frente Amplio y participantes internacionales, frases como estas: “Cuando en América Latina un país está en guerra, no es un problema solo de ellos, es un problema de todos”. “Un proceso de paz rodeado de enemigos es una cosa dramáticamente seria”. “Cualquiera que sea el camino que tome la guerra la sociedad y la vida no se detienen”. “La guerra la libran ejércitos formados con los hijos de la pobreza”. “La tolerancia no es una práctica de la burguesía sino un valor de quienes están dispuestos a cambiar el mundo”. “Es preciso sacar adelante la paz en medio de todas las contradicciones”. “Estamos en la prehistoria mientras sigamos en la guerra”. “La paz de Colombia es el suceso más importante de América Latina en este tiempo”.
Así, con alta vibración y una fortalecida voluntad de rodear de efectivo apoyo el proceso de paz de Colombia se concluyeron dos eventos complementarios: el encuentro interparlamentario y el foro de fuerzas sociales y políticas, los dos deliberaron del 5 al 7 de junio enfatizando que es el tiempo de la paz colombiana y que esta interesa a todo el continente. Muchas voces convergieron en la idea, subrayada también por Mujica, de que “el conflicto armado colombiano es la ventana por donde se cuelan poderes extraños a este continente”.
Los dos espacios de deliberación no solo sirvieron para alimentar el entusiasmo sino el sentido estratégico de la lucha por la paz y la visualización de caminos y acciones prácticas al respecto. El reconocimiento a los avances logrados en las conversaciones del gobierno colombiano con las Farc-Ep fue unánime. Igualmente unánime fue la postura de procurar la formalización de conversaciones Gobierno – ELN respetando las características de este agrupamiento insurgente y, sin imposición de ninguna clase, dar lugar a la instalación de una mesa paralela en el marco de un solo proceso de paz. Se conoció que integrantes de alto nivel del ELN, presos algunos de ellos en la cárcel de Bellavista en Medellín, hicieron llegar, con ocasión del II Foro, una carta al Expresidente Mujica de la cual no se hizo mención explícita alguna, pero que, sin duda, es un hecho que puede contribuir a dar los pasos que aún faltan para que se abra esta mesa formal de conversaciones.
Lo ocurrido en Montevideo acentúa el contraste, ya destacado por diferentes observadores, del creciente apoyo internacional al proceso y las enormes dificultades que aún subsisten para consolidar el apoyo de la propia ciudadanía colombiana a la paz política. La idea que surge espontáneamente es la de capitalizar el apoyo externo para el apoyo interno. Mujica planteó que “aún no se siente el calor de masas” para causas vitales de América Latina como son las de la integración continental y la paz colombiana. Recuerda el autor de estas líneas el paro de pocas horas convocado por la Central Europea de Sindicatos en septiembre de 1975 contra la dictadura de Francisco Franco. Fue una acción de movilización continental breve pero contundente que contribuyó al final del régimen fascista en ese país europeo.
El Foro en Montevideo contó también con la presencia del Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro quien, alternando con Atilio Borón, sostuvo que si se firma la paz la izquierda podrá ganar las elecciones presidenciales en 2018 y abrir una nueva primavera democrática en América Latina.
@luisisandoval

martes, 9 de junio de 2015

Pepe Mujica y la Paz

el espectador - 8 JUN 2015 - 10:00 PM
Pepe Mujica y la Paz
Luis I. Sandoval M
El Pepe conmocionó la clausura del II Foro por la Paz de Colombia en Montevideo.
Por: Luis I. Sandoval M
Mujica, expresidente uruguayo, dijo el domingo 7 de junio en el Paraninfo de la Universidad de la República, colmado de jóvenes, banderas, consignas cantadas, dirigentes del Frente Amplio y participantes internacionales, frases como estas: “Cuando en América Latina un país está en guerra, no es un problema solo de ellos, es un problema de todos”. “Un proceso de paz rodeado de enemigos es una cosa dramáticamente seria”. “Cualquiera que sea el camino que tome la guerra la sociedad y la vida no se detienen”. “La guerra la libran ejércitos formados con los hijos de la pobreza”. “La tolerancia no es una práctica de la burguesía sino un valor de quienes están dispuestos a cambiar el mundo”. “Es preciso sacar adelante la paz en medio de todas las contradicciones”. “Estamos en la prehistoria mientras sigamos en la guerra”. “La paz de Colombia es el suceso más importante de América Latina en este tiempo”.
Así, con alta vibración y una fortalecida voluntad de rodear de efectivo apoyo el proceso de paz de Colombia se concluyeron dos eventos complementarios: el encuentro interparlamentario y el foro de fuerzas sociales y políticas, los dos deliberaron del 5 al 7 de junio enfatizando que es el tiempo de la paz colombiana y que esta interesa a todo el continente. Muchas voces convergieron en la idea, subrayada también por Mujica, de que “el conflicto armado colombiano es la ventana por donde se cuelan poderes extraños a este continente”.
Los dos espacios de deliberación no solo sirvieron para alimentar el entusiasmo sino el sentido estratégico de la lucha por la paz y la visualización de caminos y acciones prácticas al respecto. El reconocimiento a los avances logrados en las conversaciones del gobierno colombiano con las Farc-Ep fue unánime. Igualmente unánime fue la postura de procurar la formalización de conversaciones Gobierno – ELN respetando las características de este agrupamiento insurgente y, sin imposición de ninguna clase, dar lugar a la instalación de una mesa paralela en el marco de un solo proceso de paz. Se conoció que integrantes de alto nivel del ELN, presos algunos de ellos en la cárcel de Bellavista en Medellín, hicieron llegar, con ocasión del II Foro, una carta al Expresidente Mujica de la cual no se hizo mención explícita alguna, pero que, sin duda, es un hecho que puede contribuir a dar los pasos que aún faltan para que se abra esta mesa formal de conversaciones.
Lo ocurrido en Montevideo acentúa el contraste, ya destacado por diferentes observadores, del creciente apoyo internacional al proceso y las enormes dificultades que aún subsisten para consolidar el apoyo de la propia ciudadanía colombiana a la paz política. La idea que surge espontáneamente es la de capitalizar el apoyo externo para el apoyo interno. Mujica planteó que “aún no se siente el calor de masas” para causas vitales de América Latina como son las de la integración continental y la paz colombiana. Recuerda el autor de estas líneas el paro de pocas horas convocado por la Central Europea de Sindicatos en septiembre de 1975 contra la dictadura de Francisco Franco. Fue una acción de movilización continental breve pero contundente que contribuyó al final del régimen fascista en ese país europeo.
El Foro en Montevideo contó también con la presencia del Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro quien, alternando con Atilio Borón, sostuvo que si se firma la paz la izquierda podrá ganar las elecciones presidenciales en 2018 y abrir una nueva primavera democrática en América Latina.
@luisisandoval


viernes, 5 de junio de 2015

Llamado de los y las creyentes en Cristo a parar la Guerra y a pactar un cese Bilateral al Fuego

Llamado de los  y las creyentes en Cristo a parar la Guerra y a pactar un cese Bilateral al Fuego

Mayo 29- 2015


“La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra” Génesis , 4,10



Como  personas, comunidades de fe y organizaciones religiosas de distintos  credos  y tradiciones  que acompañamos a las victimas del conflicto armado en Colombia  y que somos testigos de los costos de la guerra y el conflicto armado; nos preocupa, los bombardeos y ametrallamientos aéreos realizados por parte de las Fuerzas Armadas, los atentados  y  acciones de sabotaje de las  guerrillas contra la infraestructura, que se han presentado a lo largo del proceso de dialogo y que  han causado y causan afectaciones a la población civil y a las organizaciones sociales.

Los recientes hechos del 14 de abril donde murieron 11 soldados  y  los hechos del día 21 de Mayo donde murieron 26 guerrilleros son  hechos que sumados a los que ya hemos tenido que contemplar, nos mueven a hacer un Llamado a la Guerrilla y al Gobierno  para que desde  su sensibilidad,  principios éticos  y  revolucionarios  y a los principios  de un Estado de Derecho PACTE UN CESE BILATERAL AL FUEGO.

Nuestro acompañamiento a comunidades y victimas, nos hace conscientes de que  es necesario parar la guerra,  y en esa medida,  expresamos nuestro apoyo al proceso de dialogo que se realiza en la Habana  y  al dialogo exploratorio que se adelanta con el ELN y que esperamos se abran caminos con el EPL.

Desarrollar los diálogos de paz en medio de la confrontación armada  tiene implicaciones directas para los pobladores donde se desarrollan  las operaciones armadas que afectan directamente la dignidad del ser humano.

Consientes de que la sociedad Colombiana debe ser un actor importante en la construcción de una  paz justa y duradera, nos sentimos interpelados a apoyar las distintas iniciativas que claman por el CESE BILATERAL AL FUEGO Y A LAS CONFRONTACIONES ARMADAS durante el proceso de dialogo del Estado con las insurgencias.

Nosotros desde las distintas presencias religiosas  y comunidades de fe somos testigos de la dramática situación que viven las comunidades en medio de las acciones de guerra.  Por eso extendemos un llamado a las  Fuerzas Militares e insurgentes  a detenerlos  bombardeos, ametrallamientos, acciones de sabotaje y atentados que son violaciones a los derechos humanos  e infracciones al DIH.

Invitamos nosotros a mujeres y hombres de fe,  desde la esencia de nuestros credos y de la ética ciudadana  a la sociedad colombiana y a la comunidad internacional  para que se unan a este llamado 


Desde lo mas profundo de nuestras entrañas extendemos este llamado a las partes en Conflicto.




Organizaciones de iglesias y comunidades de Fe.

1. Mesa Ecuménica por la paz.
2. Mujeres Ecuménicas Constructoras de Paz.
3. Benposta  Internacional, Sede permanente en Colombia
4. Corporación Claretiana Norman Pérez Bello
5. Comisión Claretiana de Justicia, Paz e Integridad de la Creación.  Colombia Oriental y Ecuador.
6. Comisión Justicia paz e integridad de la Creación Conferencia de Religiosos de Colombia.
7. Conexión de Mujeres Negras
8. La Iglesia colombiana Metodista
9. La Mesa Ecuménica por la Paz - Medellín
10. La Iglesia Presbiteriana de Colombia
11. Teusaquillo Territorio de Paz
12. Fundación Artística y Cultural Lapisázuli
13. Corporación cristianos y cristianas por la justicia y la paz.
14.Corporación Gestar Desarrollo
15. Fundación Akina Zaji Sauda - Conexión de Mujeres Negras
16. Misioneros de Mariannhill
17.Movimiento Franciscano por la paz, Colombia. MOFRAPAZ
18. Equipo de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de San José del Sur (Argentina, Chile, Paraguay y
       Uruguay).
19. Misión Solidaria Claretianos Chile.
20. La Fundación Servicio Colombiano de Desarrollo Social (SERCOLDES)
21. PROGRAMA ECUMENICO DE  C  E P A L C
22. Comunidad Universitaria de Santo Tomás de Madrid - España, miembro de la Comisión Ética de la
       Verdad de Colombia.



Animadores de fe. Religiosas, Religiosos,  Sacerdotes, Misioneros y misioneras, Obispos, Pastores. Pastoras.


1. Elsa Tamez Lun, Biblista, Metodista
2. François Houtart, Profesor en el Instituto de Altos Estudios Nacionales (I.A.E.N.)
3. Bernardita  Salazar  Garzón  Rionegro ( Ant )
4. Hna. Aracelly Castano Alzate . Franciscana Misionera de María.
5. Hna. Marta Fernanda  Cordero Sánchez. OP  Religiosa de la Presentación
6.Hna. Norma Inés Bernal V. S.A
7. Hna. Blanca Marina Rojas  Hermanitas de la Asunción
8. Cristina Naranjo, Religiosa de los sagrados corazones en Bogotá
9. Lourdes Diez de Sollano, Religiosa Auxiliadora., Bogotá
10. Mayra Vanessa Plata Vergara, Barrancabermeja.
11. Edilma Giraldo  Salazar
12. Pilar Guerrero, Bogotá
13. Lucila Pabón Díaz, Psicoterapeuta  , Bogotá  
14. Lizbeth Zulanlly  Chaparro Camargo, Colombia
15. María Constanza Mejía Álvarez, Valle del Cauca- Cali Iglesia Cristiana Múltiplos de Amor
16. Hermana Elisa María Solís B. Religiosa Franciscana.
17. Hna. Etilia Maritze Trigos Torres, Religiosa de la Presentación
18. Diana Marcela Vega Vargas, Historiadora
19. Tarcisio Gaitán, cp. Religioso Pasionista, Medellín, Colombia
20.Gustavo Torres Gómez  Obispo Presidente Iglesia Evangélica Luterana de Colombia.
21. Alonso Morales Duque
22. Yacenis Isabel Diago Vega, laica Juanista
23. Betty Ruth Lozano Lerma
24. Henry Ramírez Soler cmf. Misionero Claretiano, Colombia
25. Cesar Augusto Arias. Cmf  Misionero Claretiano Ecuador.
26. Carlos Julio Rozo Rubiano  Cmf, Misionero Claretiano Colombia
27. Danilo Alveiro  Buitrago Nuñez, Formando Misioneros Claretianos, Bogotá 
28. Rev. Juan Alberto Cardona Gómez Obispo Iglesia Colombiana Metodista
29. Luis Alberto Rubiano   Director Programa Frente al País
30. Luis Gonzalo Mateo, Cmf  Panamá
31.José María Florez J cmf Misionero Claretiano Colombia
32. Enrique Aponte, cmf Misionero Claretiano Ecuador
33. Pablo Cala, Defensor de Derechos Humanos Colombia.
34. Antonio José Castrillón Chavez,  Universidad Bautista, facultad de Teología, Cali
35. Blanca Norha Ossa hoyos
36. Miguel Ángel Calderón  Misionero Claretiano, Bogotá
37. Cesar Augusto  Baratto  Abello,  Biblista , Docente e investigador
38.Fernando Torres Millán. Educador y teólogo popular
39. Jaime Absalón León Sepúlveda Defensor de Derechos Humanos.
40. Oswaldo Martínez Cardoso, Docente Defensor derechos Humanos.
41. Omar Fernández Obregón, Líder Ecuménico.
42. Pe. Marcos Antônio Mendes, cmf  Missionário Claretiano, Brasil
43. Javier Goñi, cmf  Misionero Claretiano España.
44. Herminia Morales, Animadora Cristiana, Misión Solidaria, Claretianos Chile. 
45. P.David Fernández
46. José Duque, teólogo y sociólogo, presbítero de la Iglesia Metodista, profesor emérito de la Universidad
       Bíblica Latinoamericana.
47 Rev Carlos Eduardo Guevara. Presbítero de la iglesia Episcopal Anglicana.
48. María Janeth Jiménez Escobar .ciudad Medellín. Abogada
49. Aníbal Cañaveral Orozco, Biblista, Oyente y animador de la Palabra de Dios
50. Amparo Beltrán Acosta Comunicadora y Teóloga.
51. José García, Ciudadano, Laico y defensor de derechos humanos
52. Miguel Duarte Camargo  cmf.  Misionero Claretiano, Ecuador.
53. Faiver Medina Robayo cmf. Misionero Claretiano, Ecuador.
54. Guillermo Alejandro Lozano Mejía , misionero de la Renovación Carismática Católica de Bogotá,
55. Yanet Vargas Muñoz laica consagrada Monfortiana.