miércoles, 29 de abril de 2015

LOS INUSUALES “ALTO EL FUEGO” UNILATERALES

LOS INUSUALES “ALTO EL FUEGO” UNILATERALES
Vicenç Fisas
(Director de la Escuela de Cultura de Paz, UAB)
29 de abril 2015

Según los datos publicados en el “Anuario 2015 sobre procesos de paz”, publicado por la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, durante el año 2014 se realizaron 34 acuerdos de “Alto el Fuego bilaterales” con grupos armados de 11 países, y Fuerzas Armas entre dos países, y 3 “Alto el Fuego unilaterales” (FARC, TTP y  PKK), con lo que el 91.9 % de dichos acuerdos han sido bilaterales, lo que muestra que es el tipo más usual de “alto el fuego”. Los casos de las FARC (Colombia), TTP (sur de Tailandia) y PKK (Turquía), son las únicas excepciones a la regla general.
Alto el Fuego en 2014
Birmania
Acuerdo Alto el Fuego bilateral, por Navidades, entre el Gobierno y los 17 grupos armados que forman la NCCT.
Colombia
Alto el fuego unilateral de las FARC.
Filipinas
Al finalizar el año, Alto el Fuego bilateral, de pocos días de duración, entre el Gobierno y el grupo armado NPA (tregua navideña).
India (Manipur)
Alto el Fuego bilateral con 7 grupos armados.
India (Nagalandia)
Renovación del Alto el Fuego bilateral con los grupos armados NSCN-K y NSCN-KK.
India-Pakistán
Alto el Fuego bilateral, desde 1949, con continuas violaciones.
Mozambique
Alto el Fuego bilateral con el grupo Renamo.
R. Centroafricana
Alto el Fuego bilateral con el grupo armado AFB.
Sudán (Kordofán y Nilo Azul)
Alto el Fuego bilateral de 3 semanas con el grupo armado SPLM-N.
Sudán del Sur
Alto el Fuego bilateral con el SPLA-IO.
Tailandia (sur)
Alto el Fuego unilateral del grupo armado TTP, por un mes.
Turquía
Alto el Fuego unilateral del grupo armado PKK.

Pueden consultar el Anuario en la web: http://escolapau.uab.cat
Para más información, pueden escribir a   vicenc.fisas@uab.cat

martes, 28 de abril de 2015

Federación Colombiana de Educadores, es el sindicato más grande del país

EL ESPECTADOR - 27 ABR 2015 - 10:28 PM FECODE educa marchando Fecode, Federación Colombiana de Educadores, es el sindicato más grande del país, con 300.000 maestros y maestras afiliados en todos los departamentos, integrante de la CUT a nivel nacional.

Por: Luis I. Sandoval M


Este gremio apareció durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, tercer Presidente del Frente Nacional (1966-1970). Fue en 1966 (septiembre) cuando los maestros hicieron una enorme y sonada marcha de Santa Marta a Bogotá, la “Marcha del Hambre”, liderados por Adalberto Carvajal Salcedo, aguerrido dirigente de formación social cristiana. El Ingreso a Bogotá, con lleno de la Plaza de Bolívar, fue apoteósico. Los maestros, y también los bancarios, le hicieron saber con sus acciones al establecimiento que el poder sindical no se había acabado como lo había pretendido en 1945, Alberto Lleras Camargo cuando, encargado de la Presidencia por renuncia de López Pumarejo, destruyó a punta de represión la FEDENAL, el prestigioso sindicato del Río Magdalena, porque “No puede haber dos poderes: uno en el Río y otro en Bogotá”. Ahora Fecode está, otra vez en paro, porque “el gobierno incumple acuerdos firmados en mayo de 2014”. Porque frente al Pliego presentado el 26 de febrero “Transcurrieron 56 días, se han dado 6 reuniones entre los comisionados del Gobierno y el Magisterio, en una de las cuales hizo presencia por 40 minutos la Ministra de Educación; como resultado de las mismas solo recibimos la dilación, las propuestas vagas y la oferta de conformar un sin número de comisiones para que en el futuro estudien alternativas y salidas a los temas planteados en el petitorio”. ¿Cuáles son los problemas de fondo que llevan a una acción tan fuerte como el paro general en jardines, escuelas y colegios? En los comunicados de Fecode leemos: “defensa de la educación pública universal y gratuita, elevación del PIB educativo al 7.5%”; “servicio de salud digno para los educadores y sus familias”; “nivelación salarial con previsiones para las próximas vigencias presupuestales”; “preescolar de tres grados como lo ha determinado la Corte Constitucional”; “medidas transitorias mientras se acuerda el Estatuto Único de la Profesión Docente”. Elemental: salarios, salud, gratuidad, evaluación justa, cobertura educativa, Estatuto Docente. ¿Es un paro justo? Todo indica que se agotaron, para tratar problemas de vieja data y otros más recientes, todos los pasos de pacientes y repetidas rondas de conversación que no resultaron en nada. Al ir al paro los trabajadores hacen uso de derechos reconocidos por la Organización Internacional de Trabajo OIT cuyos Convenios ha suscrito Colombia. En las conversaciones de paz se ha enfatizado, en el punto de reformas políticas, que la protesta social en adelante va a ser respetada reconociéndola como un medio legítimo y democrático de buscar el avance progresivo en derechos sociales. Oportunidad para el gobierno de mostrar que lo que acuerda con los insurgentes se va a cumplir en la práctica. Aparte de ello está la política de reparación colectiva del sindicalismo (centenares de organizaciones destruidas, miles de dirigentes asesinados) que solo puede ser creíble con el ejercicio aquí y ahora de la libertad sindical con garantías y sin retaliaciones. Problemas hondos, inseparables del inmenso problema de la calidad educativa que tantas preocupaciones ha suscitado en los últimos años. Temas reivindicativos, profesionales, de cobertura, calidad y pertinencia de la educación que podrían todos quedar vinculados a un nuevo plan decenal de educación ya que precisamente en este año se termina el segundo de estos planes. El país espera que el diálogo dé resultado también en el campo de los conflictos sociales, que no sea necesario estar armado para ser escuchado. Los maestros enseñan marchando porque los derechos se ganan luchando. @luisisandoval

jueves, 23 de abril de 2015

No nos quieran birlar Cese bilateral ya!

No nos quieran birlar
Cese bilateral ya
Esta semana, posterior al formidable movimiento de masas del 9 de abril por la paz, por el cese bilateral y por la Asamblea Nacional Constituyente, ha estado plagada de astucias, de mentiras, de verdades a medias y, finalmente, coronada con la declaración de que el pueblo colombiano inerme movilizado en todas las capitales departamentales NO MERECE RESPETO, que ni se sueñe con un cese bilateral, que el mejor escenario de conversaciones es en medio de los combates, de los asaltos de lado y lado.
Parecería que el presidente de la república y su equipo negociador siguen creyendo que l@s colombian@s somos estúpidos, que nos tragamos todos los montajes político-milito-mediáticos, solo por el prurito de que están magnificados por la “oposición” del criminal “Líder de Ralito” con su insistente “tuitear” contra el terrorismo, contra la entrega del país al castrochavismo, etc, etc.
No. L@s colombian@s entendemos que quieran tapar la gravedad de las condenas a los últimos alfiles del gran criminal, que busquen desviar la atención de la corrupción del sistema judicial, que pretendan desconocer la magnitud del respaldo nacional al proceso de paz y a las claras y terminantes peticiones nacionales e internacionales por el cese bilateral a los fuegos y a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente; pero no se puede aceptar que este comportamiento engañoso, por decir lo menos, supremamente grave, puesto que en lugar de empezar a buscar verdaderas soluciones a tan deleznables situaciones lo que se busque sea hacerse los locos y mirar para otro lado, esconderlas, mimetizarlas con más de lo mismo, se pretenda erigir en respuesta a las nobles aspiraciones nacionales de paz, argumentando que obedecen a una respuesta a la brutalidad guerrillera, cuando entre ellos hay acuerdo de negociar en medio del conflicto y de lo que se trata es de respetar las justas peticiones del pueblo inerme, del que pone los muertos. Señores conversadores, señor presidente, señores delegados de las partes EL CESE BILATERAL AL FUEGO ES UNA NECESIDAD DEL PUEBLO COLOMBIANO, ES ALGO QUE SE MERECE POR 50 AÑOS O MÁS DE SACRIFICIO, se sabe que las fuerzas en contienda pueden seguir per sécula seculorum en su brutal enfrentamiento y nada cambiará para ellas, pero el pueblo inerme no resiste más.
No crean que la movilización general que ha mostrado en calles y carreteras su carácter civilista, colorido y alegre, será inferior a sus obligaciones cuando deba buscar soluciones democráticas a esta descomposición generalizada: El pueblo colombiano inerme requiere cese bilateral de fuegos, acuerdo de paz y una Asamblea Nacional Constituyente para decidir sobre el rumbo del contrato social de la paz.
Desde las calles de Colombia. Abril 20 de 2015.

Bayardo Ariza Olarte. 

Liberación de la Madre Tierra, terminación del conflicto armado y construcción de la paz

Liberación de la Madre Tierra, terminación del conflicto armado y construcción de la paz
Aportes de la ACIN para una estrategia territorial por los derechos colectivos.
Propuestas al movimiento popular y por derechos humanos en la Audiencia Pública.
 
Territorio Ancestral de La Emperatriz, Caloto, abril 22 de 2015.
 
La minería, la agroindustria de la caña y los agrocombustibles, el conflicto armado, los cultivos de uso ilícito están matando a la Madre Tierra. Ella no aguanta más; tampoco nosotros sus hijos, quienes la defendemos y la protegemos. La ausencia de una política agraria en el país, la alta concentración de la tierra en Colombia, la insuficiencia de tierras para los pueblos indígenas que habitamos la parte alta de la montaña, y para afrodescendientes y campesinos son razones suficientes para exigir la devolución de los territorios ancestrales y liberarlos del secuestro y explotación al que están sometidos.
Esta Audiencia tiene el propósito de compartir un análisis sobre las razones que llevan al Estado a una respuesta militar a nuestras acciones. ¿Qué se esconde en esa agresiva política? ¿Por qué tan desmedidos en sus acciones? ¿Se trata solamente de la mala intención de algunos uniformados? ¿Hay detrás una estrategia, unas razones? Permítannos compartir nuestras reflexiones y proponer algunas alternativas a modo de preguntas.
 
Primera pregunta: ¿Por qué continuar la Liberación de la Madre Tierra?
 1.   Las comunidades que integran la Asociación de Cabildos Indígenas del norte del Cauca, desde octubre de 2014 nos declaramos en proceso de liberación de la Madre Tierra, un acto ritual de retomar tierras ancestrales que se desarrolla en Corinto (en las fincas Quebrada Seca, Miraflores, García Arriba, García Abajo, Granadita y Cultivos Caucana); en Santander de Quilichao (en las fincas San Vicente y Japio), y en Caloto (en la histórica finca La Emperatriz). En este mismo proceso de reclamación de derechos, nos movilizamos en Santander de Quilichao, Buenos Aires y Suárez en La Agustina y Mondomo, del 25 de febrero a 16 de Marzo de 2015.
 2.   Tenemos cinco grandes razones para esta Liberación de la Madre Tierra:
 a)  La primera es que está secuestrada por el extractivismo y el latifundio cañero, un modelo productivo que la envenena y la destruye, destruyéndonos de paso a los seres humanos. ¿Alguien puede estar contra este acto de justicia?
 b)  La segunda razón es porque tenemos derechos ancestrales a recuperar nuestros territorios y a su restitución por parte del Estado, independiente de que haya alguna gente que muestre una escritura; eso lo ha dicho la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el gobierno colombiano ni se mueve.
 c)   La tercera razón es que el gobierno y el Estado en su conjunto (sobre todo el Incoder) tienen un procedimiento de titulación y entrega de tierras que NUNCA nos va a resolver el problema; al ritmo que se ha hecho, vamos a necesitar por lo menos ¡UN SIGLO Y MEDIO! para que nos restituyan nuestras tierras y territorios.
 d)  La cuarta razón es que mientras el gobierno nos enreda en los trámites del Incoder, mientras nos toman del pelo con las indemnizaciones ordenadas por la CIDH, mientras nos niegan los títulos de tierras que ya tenemos y prefieren dejarlas en manos del Fondo Nacional Agrario, mientras todo eso pasa y nos pretenden tener ahí, embobados con proyecticos y chichiguas, con finquitas de 100 hectáreas por año, la industria cañera avanza como una plaga por las tierras planas que son propiedad ancestral nuestra, y de los afrodescendientes, y de los campesinos que llevan siglos viviendo con nosotros; mientras nos dicen que esperemos a los procedimientos legales, ellos no tienen problema en cambiar la ley para que avance la minería legal, y en hacerse los ciegos ante la minería de las mafias paramilitares.
 e)  Y hay una quinta razón, un poco distinta: todos los actores armados están apropiándose de los territorios. Para defender ese modelo de despojo que señalamos, y para posicionarse por vía armada previendo que las cosas pueden cambiar si eventualmente terminamos el conflicto.
 3.   Nosotros hemos respondido a nuestro modo ante esa modalidad de economía que no respeta los medios naturales. Hemos fortalecido las acciones propias de control territorial contra la minería y los cultivos ilegales en algunas ocasiones expulsando maquinaria , hemos erradicado cultivos ilegales de forma concertada, hemos impedido el paso de actores abusivos por el territorio e incluso hemos denunciando ante las autoridades locales a ver si colaboran con las autoridades indígenas.
 a)  La respuesta de las autoridades locales y nacional ha sido nula o ineficaz. En  marzo del 2014, por ejemplo, los Cabildos de Huellas, Toez y López Adentro -de Caloto- denunciamos la afectación de la ribera del río Palo, sin tener respuesta municipal efectiva y con la reanudación de los daños sociales y ambientales. Igual nos pasó a los Cabildos de Guadualito, La Concepción y las Delicias -en Santander de Quilichao- que ante las acciones de control recibimos las amenazas a las autoridades indígenas, sin que el Estado haya respondido.
 b)  En otras palabras, el Estado es negligente o cómplice -una de dos- con este modelo de despojo programado y dirigido contra la Madre Tierra.
 c)   Con la industria cañera es más difícil. Porque están cubiertos por la “legalidad” (entre comillas), porque tienen ministros y consejeros en el alto gobierno (el propio ministro Iragorri, la familia Eder, etc.), y porque controlan toda la política de tierras.
 4.   En el fondo el problema es el aplazamiento indefinido (al gobierno le gustaría decir “definitivo”) de una reforma agraria integral. El argumento del gobierno y de sus intelectuales es que ya no se necesita una reforma agraria; que una reforma agraria está pasada de moda; que entregarle la tierra a los indígenas, afrodescendientes y campesinos no los sacará de la pobreza. ¡Puras mentiras! Lo que quieren es que sigamos entre los pobres del campo peliándonos un pedazo de tierra bien chiquito; lo que quieren es que nos demos machete entre indígenas, campesinos y afros tratando de garantizar un lugar para que vivan nuestras familias.
 5.   No lo van a lograr. No vamos a seguir una guerra entre pobres, mientras los ingenios de la caña se quedan con toda la tierra del Cauca, con toda el agua de nuestras cordilleras, con todo el aire. La solución a los problemas de tierras en el norte del Cauca es una reforma agraria que la reconozca los derechos colectivos al territorio a las comunidades rurales. Pero estamos casi seguros que el Estado no lo va a hacer.
 a)  Por eso la primera propuesta que hacemos en esta Audiencia Pública es a nuestros hermanos afrodescendientes y campesinos: Juntémonos para liberar la Madre Tierra; hagamos Minga para que la tierra solo sea de quienes la aman y la cuidan; realicemos un debate práctico sobre la tenencia, el uso y la redistribución de la tierra.
 b)  La segunda propuesta es que lleguemos a un acuerdo para que la tierra sea para la vida. Como resultado de la liberación de la Madre, debemos avanzar sobre pactos y delimitación de territorios étnicos y campesino, garantizando que todos los seres humanos tengan derecho y que la Madre Tierra también tenga derechos.
 c)   La tercera propuesta es que relancemos, unidos, un debate político nacional sobre el problema estructural del modelo económico en Colombia, basado en el extractivismo y la destrucción de la naturaleza. Mucha gente viene resistiendo a las represas, a los proyectos mineros, a la privatización del aire y el agua, a la desviación de los ríos; sumémonos, hagamos Minga... ya es hora de que conformemos un Movimiento de Víctimas de Crímenes del Desarrollo Extractivista.
 6.   La Liberación de la Madre Tierra está decidida por las autoridades indígenas como una lucha permanente e indefinida. Esta no es una movilización para negociarla con nadie. Eso sí, estamos dispuestos al diálogo, pero para que nos digan cómo van a restituir la Madre Tierra. Vamos a coger varios caminos, todos pacíficos, todos legales: i) Demandas al Estado por los hechos de violación a los DD.HH. en la Liberación de la Madre Tierra; ii) Demanda al Estado ante la Comisión IDH y llegar a la Corte IDH, para lograr restituir los territorios ancestrales indígenas del norte del Cauca; iii) Demandas para procurar la extinción de dominio de las tierras hoy ocupadas por terratenientes y demás; iv) Acciones judiciales indígenas para la restitución de territorios ocupados, lo que algunos llaman recuperación de tierras y territorios.
 
Y aquí viene la segunda pregunta: ¿Por qué la inoperancia en las acciones de protección y salvaguarda a los pueblos indígenas?
  1. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha dictado medidas cautelares para la población indígena, especialmente de Toribio y Jambaló; el Estado colombiano también ha recibido recomendaciones imperativas de la CIDH en el marco de la reparación integral del pueblo nasa del norte del Cauca por el caso conocido como la Masacre del Nilo ocurrida en 1991; la Corte Constitucional ordenó (Auto 004) al Estado adoptar un Plan de protección al  pueblo Nasa. La responsabilidad del Estado para garantizar el derecho a la autonomía, el acatamiento de la Declaración de ONU sobre derechos de los pueblos indígenas, el restablecimiento de un orden de cosas constitucional, “ya” se deberían haber adoptado en el marco del Plan de Salvaguarda; el gobierno tiene desde hace meses en sus escritorios propuestas para cumplir la orden de la CIDH y la propuesta del Plan de Salvaguarda construido colectivamente por nosotros, pero no ha querido cumplir; prefiere adoptar medidas aisladas, que más sirven para la propaganda oficial que para proteger a la gente. La realidad no cambia, y las acciones amenazantes, señalamiento, estigmatización  y persecución de los diferentes grupos armados y de la Fuerza Pública a comuneros, autoridades, guardias y docentes indígenas es evidente.
  2. ¿Por qué no cumple si se lo ordena la Constitución, la Corte Constitucional y la Comisión IDH? Nuestra respuesta es simple: porque todas esas órdenes lo obligan a reconocer nuestros derechos territoriales y políticos. El Estado no cumple porque eso implica la restitución de nuestros territorios y la Liberación de la Madre Tierra; porque eso implica parar el modelo de despojo y destrucción de la naturaleza. Prefieren violar la ley nacional e internacional, antes que garantizar nuestros derechos.
 
Tercera pregunta: ¿Por qué la respuesta militar del gobierno de Juan Manuel Santos a una acción civil legítima y legal?
 1.   Los indígenas del Cauca nunca nos hemos negado a dialogar con el gobierno. Es más: algunos nos acusan de ser demasiado condescendientes con sucesivos delegados gubernamentales que vienen a “tranquilizarnos” (entre comillas) cada vez que alzamos un poquito la voz y los bastones para reclamar nuestros derechos. Antes y durante estas últimas movilizaciones han sido nulos los acercamientos con el gobierno nacional; los ministros de Interior y de Agricultura han venido a hablar con nosotros y dicen que eso es seña de buena voluntad, y muestran sus visitas como la gran cosa que debemos agradecer; pero de todas esas venidas no han resuelto ninguno de los problemas de fondo. Para alargar la solución al problema de la tierra y mientras tanto mantener el proceso de despojo por parte de la industria cañera, nos quieren embaucar con algunas platicas y proyecticos. Por supuesto, nosotros hemos rechazado esas ofertas: porque cumplir con las obligaciones en materia de inversión, no les quita las obligaciones en materia de tierras y territorios. 
 2.   Pero si estamos siempre dispuestos a conversar, ¿por qué la respuesta desmedida, militar y paramilitar? El cuento es el de siempre: que estamos infiltrados por la guerrilla. Nadie como los militares saben que somos autónomos frente a la insurgencia, al ejército y a los paramilitares; ¿cómo no lo van a saber si llevan 50 años haciéndonos inteligencia y saben cómo es que luchamos por la autonomía y la vida digna? Autonomía territorial y vida digna. Ese es el problema. Lo que el Estado y los sectores dominantes del Cauca y el Valle no aceptan es que seamos autónomos y que busquemos vivir dignamente; por lograr eso es quitarles un pedazo bien grande del poder que han acumulado desde que hace 5 siglos que empezaron a robarnos nuestras tierras y nuestros bienes. 
 3.   El instrumento del colonialismo y el despojo que ahora usan con odio contra los pueblos indígenas y demás sectores populares es el Escuadrón Móvil Antidisturbios ESMAD, adscrito a la Policía Nacional y dependiente de las industrias cañeras del Valle y el Cauca. Sabemos que muchas de las órdenes al ESMAD vienen de los ingenios; hemos demostrado que los ejércitos privados de esas empresas -llamadas empresas de seguridad, pero que en realidad son mercenarios- actúan conjuntamente con la Policía y que han disparado impunemente contra nuestras familias[1]. Cuando nos tiran gases y balas, o cuando nos machetean y destruyen las cocinas y casas que estamos  construyendo en la tierra liberada, los agentes del ESMAD gritan enloquecidos que somos ladrones de tierras, invasores de la propiedad privada, enemigos del desarrollo económico; son los mismos argumentos de las empresas cañeras, los mismo señalamientos de los pasquines de amenaza de los Rastrojos y los Urabeños. El ESMAD se ha convertido en una figura represiva que de manera intencional, desmedida y premeditada ha convertido actos de reclamación social en escenarios de muerte. Esto con el agravante de que en zonas rurales se repite la combinación mortal del ESMAD y el Ejército nacional. 
 
 
 
 4.   Las respuestas y acciones del ESMAD, el Ejército y la seguridad privada de las empresas -que nos referimos en el informe de derechos humanos antes expuesto son conocidas de todos- no son nuevas. En hechos de los actores armados del conflicto y de acciones de represión a la protesta y movilización indígena, tenemos un  registro de 504 asesinatos selectivos o en masacres contra comuneros indígenas en el norte del Cauca desde el año 2000. Los últimos asesinatos a comuneros indígenas se han dirigido the'walas (médicos tradicionales) y kiwe thegnas (guardias indígenas), hechos que ahondan en la afectación pues son los encargados de mantener el equilibrio espiritual en el territorio, cuidar el territorio y la comunidad. Porque lo que caracteriza todos estos crímenes de la Fuerza Pública, así como los que han sido realizados por los paramilitares, es que todos atacan nuestro proyecto de autonomía territorial y de vida digna, la gran mayoría se hacen para imponer un modelo económico extractivista,  por parte del Estado, quieren impedir que nuestros derechos colectivos al territorio y al autogobierno se cumplan.
 5.   Todas estas actuaciones criminales se acompañan con la criminalización y judicialización de los comuneros que participan  de la liberación de la Madre Tierra
 6.   Hay algo más: las anteriores situaciones -y otras a las que nos referiremos más adelante- demuestran que la existencia de un número importante de efectivos militares en la región no garantiza ni garantizará la seguridad ni la paz en la zona, por el contrario los casos de muertes, asesinatos selectivos, desapariciones, etc., siguen presentándose.
 
Tercera pregunta: ¿Por qué no hay acciones de control frente a los paramilitares?
 1.   La presencia paramilitar en el norte del Cauca siempre ha sido una realidad conocida por la población civil, las instituciones del Estado colombiano, policiales, militares y administrativas. En los últimos meses se evidencia en la zona la reactivación de las acciones de estos grupos tendientes a estigmatizar y atemorizar las acciones realizadas por el proceso comunitario mediante amenazas, atentados y asesinatos. La ACIN ha denunciado el incremento de amenazas de grupos paramilitares a los Cabildos Indígenas que realizan control territorial a la minería y que se encuentran en procesos de reclamación. Así mismo hemos denunciado 14 asesinatos de comuneros y comuneras cometidos solo en este año por parte de estos grupos, sin que el Estado haya reaccionado en lo más mínimo para neutralizarlos.
 2.   Obviamente no solo se afecta la ACIN. Los panfletos amenazan que habrá una limpieza social y otras intimidaciones a la población, pero sobre todo se encargan de señalar a las organizaciones sociales de la región y a varios dirigentes sociales destacados, representantes de organizaciones sociales, defensores de derechos humanos, representantes de víctimas y organizaciones de restitución de tierras; y los asesinatos y atentados vienen afectando a todos los sectores sociales.
 3.   Es casi imposible no ver la responsabilidad del Estado colombiano y su fuerza pública en los múltiples crímenes del paramilitarismo y en su larguísima presencia en el norte del Cauca. 
 a)  En primer lugar todos estos hechos se dan en una zona con fuerte presencia militar y policial. El corredor vial entre Santander de Quilichao,  Corinto y Miranda ha sido el escenario de los últimos asesinatos de indígenas, y ese corredor es de “control” por la fuerza pública... y es la zona de despliegue de grupos paramilitares, en donde se decretan “toques de queda” regularmente por esa fuerza pública y a veces por los grupos paras. En las acciones del control territorial del 2013 preguntábamos ¿por qué una de las vías más cuidada por los militares era el lugar del asesinato de indígenas?; la pregunta hoy sigue siendo la misma.
 b)  Lo anterior se demuestra con los hechos donde fueron asesinados Emiliano Silva y Gerardo Velasco. El lugar de la interceptación y rapto es en una zona de absoluta jurisdicción y control de una de las bases militares más importantes del sur occidente del país: la Base Móvil Número 14 al mando del coronel Bladimir Nossa, comandante de operaciones. La interceptación se dio a menos de 200 metros del retén ubicado en el cementerio central de Caloto y a menos de 400 metros de la base de comando en la vía pavimentada que de Caloto conduce a Corinto, un dispositivo que tiene radio de acción mínimo de un kilómetro de protección, en donde soldados guardias y soldados centinelas lo protegen y realizan vigilancia periférica (según dijeron los propios militares a la comunidad indígena de las veredas La Selva, Bodega Alta y Toez para justificar su presencia invasiva en terrenos del resguardo). En este sector (11 pm) fue el inicio en el que fueron finalmente asesinados los dos comuneros indígenas, cuyos cuerpos fueron encontrados a casi media hora del sector en cuestión, con evidencia de torturas e impactos de bala.
 c)   Información previa a los hechos denunciados arriba con la muerte de los dos comuneros, se conoce que, en uno de los apartes del volante (comunicado Águilas Negras febrero de 2014) afirma que se darían hechos de limpieza como ya se habrían hecho en el municipio de Guachené. 
 d)  En un panfleto del mes de noviembre  de 2014, que las FARC denunciaron como apócrifo y que fue distribuido rápidamente por la Fuerza Pública a la prensa en región, aparecía el mismo texto de amenaza que un mes antes había circulado el grupo Los Rastrojos. Las autoridades indígenas han expresado preocupación por este hecho, que no solo muestra un plan orquestado por los grupos paramilitares sino que vincula sospechosamente el accionar de la Fuerza Pública.   
 e)  Con preocupación podemos afirmar que en estos hechos tiene gran responsabilidad la fuerza pública por acción u omisión; es muy cuestionable la pasividad policial y militar en el ejercicio que les corresponde... o, más grave, existe algún tipo de coordinación que facilita la ejecución de los crímenes.
 f)    Y el tema de siempre: la impunidad. Uno de los factores que ha incentivado el fortalecimiento del accionar paramilitar es la ineficiencia de las autoridades locales y nacional para controlar los factores de su presencia, como el narcotráfico y la minería ilegal en la zona.
 4.   Una grave situación se presenta y ejecuta en el casco urbano de Santander de Quilichao, donde el número de homicidios, amenazas y extorsiones causadas por estos grupos y por otros grupos menos determinados se ha disparado. Esto ha ocurrido justo cuando hay un visible y casi ostensible crecimiento de fuerza policial en el municipio. Para nosotros resulta muy claro que hay un plan para descomponer socialmente la región, para propiciar el crecimiento de grupos delincuenciales fuertemente armados y agresivos, que luego serán el caldo de cultivo de grupos paramilitares y de sicarios que atacarán al fuerte movimiento social del departamento.
 
Frente a los hechos del ESMAD, el paramilitarismo y otras dependencias estatales, le hacemos las siguientes exigencias al gobierno nacional:
1.    Salvaguardar la vida de los integrantes de la comunidad indígena del norte del Cauca.
2.    Cesar el tratamiento militar que le está dando al ejercicio de liberación de la madre tierra que están adelantando las comunidades del norte del Cauca.
3.    Atender las exigencias que el pueblo nasa del norte del Cauca está realizando en el ejercicio de la liberación de la madre tierra.
4.    Que se adopten por parte del Estado colombiano las medidas pertinentes para garantizar la vida y la continuidad de los procesos en defensa de los derechos humanos.
5.    Implementar los planes de salvaguarda y en especial el del pueblo indígena nasa, atendiendo las solicitudes que realizó la Corte Constitucional al Estado colombiano.
 
También la exigimos a los organismos de control.
1.    A la Fiscalía General de la Nación, que realice una investigación exhaustiva, con el fin de identificar e individualizar, tanto a los autores materiales como intelectuales de estos hechos, la muerte de Guillermo Paví, así como las otras muertes que se han presentado en la zona.
2.    A la Procuraduría para que investigue el accionar de los miembros de la Policía, en especial del Escuadrón Móvil Antidisturbios-ESMAD, y también las actuaciones de los miembros de la Fuerzas Militares que hacen presencia en la región.
 
Pero faltan otras dos preguntas: ¿Por qué la estrategia de asedio del Ejército a las FARC?
 1.   La declaración de cese unilateral por parte de las FARC a partir del 20 de diciembre de 2014 fue una buena noticia para el país. Los indígenas a través de la ONIC hemos participado en las acciones de verificación en el espacio del Frente Amplio por la Paz; el segundo informe de la verificación lo hicimos justo en El Palo, con presencia de las organizaciones sociales de la región. Lo que hemos observado, además de los hechos puntuales, es una decisión deliberada del Ejército para que la tregua unilateral de las FARC se rompiera utilizando los hostigamientos y el asedio a fuerzas de esa organización guerrillera; lastimosamente las FARC cayeron en la trampa -las razones todavía no las conocemos exactamente- y el 14 de abril mataron a 11 militares e hirieron a otros 17. 
 2.   Frente a hechos como lo hemos señalado en el informe de derechos humanos, se evidencia una creciente militarización de la cordillera occidental en los límites entre Buenaventura (Valle del Cauca) y Buenos Aires y Suárez (Cauca). Las acciones masivas de desembarco, la estrategia de copamiento territorial por parte de Fuerza Pública, inevitablemente iba a desembocar en un enfrentamiento. Esto puso en alerta máxima a la comunidad de la zona previendo un enfrentamiento entre efectivos del Ejército y la guerrilla de las FARC; los comuneros de la región venían diciendo que algo malo iba a pasar. Y pasó. Así fue denunciado en varios comunicados públicos que tuvieron alta difusión[2].
 3.   Pero, ¿qué interés tenía el Ejército en provocar estos hechos? Para nosotros queda claro que el Ejército quería provocar un enfrentamiento de gran escala que sirviera para desprestigiar el proceso de paz; de pronto no tan mortal ni tan sangriento; pero es imposible que ellos no hubieran calculado de que tanto toriar a la guerrilla iba a pasar eso.
 a)  Pero hay algo más, como señala Rozental, “El traslado masivo de tropas del Ejército colombiano al norte del Cauca se hace para aprovechar la tregua unilateral de las FARC y realizar una ocupación militar de territorios estratégicos. No son territorios de las FARC, pero en ellos, la guerrilla ha tenido presencia. Son territorios donde habitan indígenas y campesinos. Territorios de pueblos en permanente disputa en esta guerra entre actores armados en medio de poblaciones y en su contra. La intención es clara: aprovechar la tregua y la negociación para quitarle espacio a las FARC”[3].
 b)  Podemos agregar: Esa zona es donde las grandes empresas mineras se quieren aposentar y donde resisten indígenas y afrodescendientes a ser copados por las retroexcavadoras; son las áreas desde donde se puede apuntalar el control territorial de la industria cañera; es la obligada zona de expansión de la estrategia de recuperación territorial de indígenas y afros.
 c)   ¿Cómo se entienden los movimientos militares en la zona? Pues está claro que el gobierno y los paramilitares están posicionándose desde ya para el llamado post conflicto; se mueven en el marco del plan de consolidación y para asegurar militarmente el territorio en aras de proteger la extracción minera de las multinacionales.
 d)  ¿A qué juega la industria cañera, los terratenientes, los dueños del Cauca? Además de sus negocios, pareciera que van por un control territorial antes de que haya acuerdos en La Habana, o dicho en otras palabras, ganar todo a la brava antes que un nuevo pacto político los obligue a aceptar el imperio de la democracia. Eso es lo que explica la idea de la senadora uribista Paloma Valencia; no creemos que su idea de dividir el Cauca fuera solo una locurita suya o una uribestialidad; su propuesta de “encerrar” a los indios en las laderas de la Cordillera y dejar intactas sus propiedades en el valle del río Cauca y en las zonas productivas es para anticiparse a un posible ordenamiento territorial que les quitará a los ricos un buen pedazo de territorio. 
 4.   Queremos enfatizar que el despliegue mediático de la noticia ha invisibilizado todo el contexto de la región: Se ha ocultado la conmemoración de la masacre del Naya en 2001, la presencia del Bloque Calima en la zona por más de dos años con un saldo de casi 300 personas asesinadas, el desarrollo impune del narcotráfico, el desconocimiento de los derechos sobre la propiedad de la tierra de las comunidades indígenas, afro y campesinas que habitan el Naya. Efectivamente, el saldo de la provocación ha sido muy rentable para las grandes empresas, el gobierno, los paramilitares y las mafias en la región.
 
Finalmente, ¿por qué insistir en la terminación del conflicto y la construcción de la paz?
 1.   Los anuncios de una tregua unilateral por parte de las FARC, los planteamientos del presidente Juan Manuel Santos de evitar por un lapso los bombardeos a campamentos de esa guerrilla, así como los anuncios conjuntos sobre un proceso de desminado por parte de la Mesa de Conversaciones de La Habana, las comunidades afectadas por el conflicto armado los vemos como gestos importantes para la terminación de la guerra y la construcción de la paz.
 2.   La declaración de las FARC ha sido celebrada por la población de los cascos urbanos de Corinto, Toribío, Jambaló y Caldono, golpeados en los últimos años por centenares de hostigamientos guerrilleros y por la respuesta militar; de hecho el cese unilateral y el cese de bombardeos se convirtieron en un alivio para las comunidades indígenas y campesina. La oficina de Derechos Humanos de ACIN registra una muy importante disminución en número de hostigamientos en esos municipios, así como de los combates en zonas rurales. Nos alegra que luego de más de 500 hostigamientos, 5 tomas a cascos urbanos y la destrucción de más de la mitad del pueblo de Toribío, tengamos un escenario de relativa tranquilidad; también vemos muy positivos los cambios de comportamiento de las estructuras militares de la FARC para con la población. Por supuesto, esta situación de no confrontación se ve interrumpido en ocasiones en las poblaciones rurales cuando por acciones  ofensivas militares y respuesta de las FARC es afectada  la población civil, o se crean tragedias como las de Timba.
 3.   Ante esta situación:
 a)  Seguimos reclamando, por todos los medios y con acciones masivas, un cese de fuegos y hostilidades bilateral e indefinido.
 b)  Insistimos a las FARC que mantenga el cese unilateral, que instruyan a sus bases para que no caigan en provocaciones y para que no provoquen tampoco. 
 c)   Insistimos al gobierno que vuelva a ordenar el cese a los bombardeos a campamentos de las FARC, que no solo afectan la frágil tregua unilateral, sino que afecta comunidades civiles, destruye bienes comunitarios y produce un hondo daño a la Madre Tierra. También llamamos al gobierno para que detenga a los provocadores que tiene en el Ejército y entienda que algunas de sus “operaciones de control” son abiertas provocaciones para romper la tregua unilateral de las FARC.
 d)  Llamamos al gobierno y al ELN para que acuerden la agenda de conversaciones. Los indígenas del Cauca -la ACIN y el CRIC- estaríamos de acuerdo con este proceso. 
 e)   El norte del Cauca es uno de los territorios con alta presencia de minas antipersona y MUSE que amerita ser priorizado. Exigimos que el diseño de ese proceso tenga participación comunitaria y consideramos clave la presencia de organizaciones internacionales con experticia en el tema.
 f)    Llamamos al gobierno nacional, a los medios masivos de comunicación y a los de la derecha política, para que moderen su lenguaje y su propaganda de guerra. Lo exige un pueblo que lleva 500 años de guerra y viviendo todo el dolor. 
 4.   Los indígenas del Cauca les proponemos hacer del norte del Cauca un Territorio de Paz, unido a otros territorios de paz que se vienen impulsando en el departamento. El CRIC ha manifestado su disposición a sumarse a estas iniciativas en otras zonas del departamento. Sobre este tema:
 a)  El territorio de paz es para que con una permanente movilización social (encuentros, asambleas, misiones internacionales, acompañamientos, diálogos entre todos los actores sociales), podamos lograr de hecho un cese bilateral de fuego y hostilidades. Nosotros pensamos que la fuerza de la gente, la legitimidad de una acción como ésta, hará que los armados se sientan obligados a respetar la vida, las organizaciones, la autonomía popular, y en consencuencia prefieran desescalar la confrontación hasta hacerla casi impercetible. Gran desafío, pero posible. Los territorios donde estamos liberando la Madre Tierra serán territorios de paz sin presencia de ningún actor armado. Llamamos a unos y otros a que respeten esta decisión.
 b)  Un territorio de paz es para resolver conflictos. Por eso nuestra experiencia debe ser un espacio para superar algunos de los conflictos por la tierra que hemos sufrido, y que afortunadamente venimos superando. Si al pacto por la Liberación de la Madre Tierra le agregamos acuerdos para superar los conflictos anteriores, habremos avanzado en el cumplimiento de derechos.
 c)   Un territorio de paz es para prefigurar lo que será el territorio cuando se firmen los acuerdos. De ahí que se trata de analizar, debatir y sobre todo proponer alternativas de solución estructural para resolver los problemas y en necesidades sociales, económicas, territoriales, políticas administrativas de los diferentes sectores étnicos, sociales y populares; para nuestro caso debemos avanzar en propuestas estructurales para definir las políticas del Estado sobre tenencia, uso y distribución de las tierras en el Cauca. Llamamos al gobierno nacional para que nos reconozca como un caso piloto de la transición democrática, y por tanto acoja nuestras alternativas y decisiones, las apoye política y presupuestalmente, y sobre todo no las ataque judicial ni militarmente. Como diría alguien: ¡Es la paz territorial!  
 5.   La firma de un acuerdo para terminar el conflicto armado no es la paz. Eso lo sabemos. Pero es un paso fundamental para la construcción de paz.
 
Cuenten con nosotros para la paz. Nunca para la guerra.
 
Cxhab Wala Kiwe-  Asociación de  cabildos Indígenas del Norte del Cauca- ACIN
Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC
Organización  Nacional Indígena  de Colombia- ONIC

Malos aires.

Malos aires.

 
Por: José Darío Castrillón Orozco.
 
“No hay que perder el ánimo y la esperanza ante las dificultades que esta tarea encierra, y seguir trabajando por la verdad, la justicia, la reparación, y las garantías de no repetición.”
Papa Francisco en carta a los colombianos, en marzo 31 de 2015, alentando sobre el proceso de paz y la atención a las víctimas.
 

Un hecho de guerra, pan diario durante medio siglo, tiene convulsionado el país, y en entredicho al proceso de paz en La Habana, Cuba. Se trata de un enfrentamiento en el municipio caucano de Buenos Aires, que dejó un saldo de 11 soldados muertos, y dos decenas de heridos. Lo mismo de siempre, hasta anunciado era tal combate. Pero la reacción a este es inusual.

Inusual porque la vida de un soldado no vale nada, porque a nadie importa lo que pasa a más de doscientos kilómetros de Bogotá, y por lo común del episodio en una guerra que además de degradada está banalizada. Por ello es sospechoso. Mucho más si se observa la forma en que se concertaron los medios a decir mentiras en poco tiempo, mostrando tropas de élite como víctimas; o cómo se vio forzado el presidente, tras la reunión con el alto mando militar, a cambiar de postura en una hora.

Lo que siguió fue una andanada contra el proceso de paz, contra el presidente, y hasta contra el Estado Social de Derecho, enmascarada en un ataque a las FARC. Las consecuencias inmediatas son un retroceso considerable en los diálogos de paz, y una amenaza para la estabilidad institucional.

Atacaron todos a una contra un proceso admirable, dada la complejidad del fenómeno de la guerra civil no declarada en Colombia; dada la condición, impuesta por el propio gobierno colombiano, de negociar en medio del conflicto; y admirable por el lugar preponderante que han adquirido las víctimas en el mismo. Colombia, que desde las andanzas de Pablo Escobar no merecía la mirada del mundo, ahora es punto de referencia por el proceso sui generis que adelanta.

El proceso sufre un retroceso considerable. Primero en términos de credibilidad, entendida como la percepción que las partes han alcanzado sobre la disposición de la contraparte para hacer la paz. Y esta pérdida se traslada a la opinión general, se le carga al ciudadano en desesperanza, y ha de retornar como apremio para la guerra. Probable objetivo de quienes provocaron el enfrentamiento en Cauca.

Claro está, ha de llevar a un endurecimiento de las posiciones en la mesa de negociación, justamente cuando se entra a discutir el tema que más tiene distanciadas a las partes, donde se requiere mayor elasticidad: La justicia transicional.

La consecuencia más evidente, de la que se deriva la amenaza institucional, es el fortalecimiento de los enemigos de la paz, que ya no son agazapados como antaño, sino que actúan libre e impunemente por las sendas del espectro electromagnético. Son quienes sacan dividendos de la guerra, tanto políticos, como los que dan el tráfico de armas, y de cocaína, y de personas, y el robo de tierras.

Los enemigos de la paz pasaron de la parapolítica a la necropolítica, su combinación de todas las formas de lucha ahora los tiene disputándose cadáveres para hacer politiquería, devorando carroña humana. Y en nombre del error militar del Ejército de Colombia, se tiene al muy prevaricador Procurador General haciendo campaña para su próxima candidatura presidencial, con su pútrida monserga contra la paz. Y al uribismo, soliviantando a las fuerzas armadas contra el gobierno, haciendo proselitismo en los cuarteles, con llamamientos al golpe militar, porque no es otra cosa que se le pida la renuncia al presidente de la República desde las brigadas, aunque lo hagan bocones tras las enaguas de esposas y madres.

Estos devaneos fascistoides del autodenominado Centro Democrático, de conformar un partido castrense, desvelan la existencia de un clientelismo militar en Colombia, levantado a punta de populismo belicista, y de sobornos al sector corrupto de las Fuerzas Armadas con ofertas de impunidad a su acumulado de crímenes. Una amenaza al Estado Social de Derecho.

Tal alharaca belicosa pretende desterrar la paz como valor fundamental de la sociedad, como finalidad del ordenamiento jurídico, y proscribirla del derecho constitucional. Lograron, en un intimidante concierto contra la paz, golpear la confianza ciudadana en el proceso, revertir el compromiso presidencial de suspender los bombardeos (que esta guerra se haga a bombazos de lado y lado no es ventaja de nadie, sino signo de su degradación), y provocar a las FARC para que rompan su cese al fuego unilateral. Igualmente, lograron hacer más frágil el proceso, dadas las amenazas de suspenderlo, así como la pretensión de poner plazos fatales, una trampa de los enemigos de la paz en la que se ha visto tentado a caer el gobierno. La retórica presidencial de no dejarse presionar por la insurgencia enmascara una intensa presión de la extrema derecha, que desde los cuarteles resuella sobre el cuello del ejecutivo.

Llama la atención que la insistencia de los voceros conservadores nacionales, Tartufo Ordoñez incluido, de indagar por la unidad de las FARC antes de dialogar con ellas, no tenga tanto sentido como el de indagar por la unidad y coherencia del Estado colombiano, porque es este el que ha venido haciendo el ridículo al negar las reglas acordadas cada vez que sufre un revés, como pasó cuando capturaron al general Martínez, y ahora con el golpe sufrido en Buenos Aires, Cauca.

Las producciones macondianas llevan un sello paradojal: Los plazos para acelerar el proceso de paz no producirán sino retrasos adicionales; La supuesta indignación por los soldados muertos, no hace que se dejen de producir bajas de guerra, sino más combatientes caídos; El fortalecimiento del Estado Social de Derecho para garantizar la no repetición del conflicto se desvirtúa con engendros cuartelarios; y cuando se venía en la mejor de las dinámicas para desescalar el conflicto se termina es desescalando la paz, alentando la guerra. El paso de un proceso admirable a una colombianada.