domingo, 29 de marzo de 2015

Lo que sugieren las marchas ciudadanas

Lo que sugieren las marchas ciudadanas
 Luis I. Sandoval M.
 Integrante Dirección Nacional Redepaz
  
 
Este breve texto escrito en julio de 2008 cobra actualidad cuando se anuncian marchas para el 9 de abril convocadas por muy diversos actores en defensa de los diálogos de paz y en demanda de que no se levanten de la mesa hasta firmar los acuerdos para la terminación del conflicto y dar comienzo a la construcción de paz transformadora.
Echando mano de herramientas básicamente sociológicas lo que las recientes marchas permiten entender sobre el proceso colombiano se resume en los siguientes puntos:
1. La sociedad existe, está viva, tiene capacidad de acción y reacción. Por largos períodos pareció que tal capacidad no existía pero, por lo ocurrido en el último año a raíz de la muerte en cautiverio de los Diputados del Valle hasta hoy, se ve que la sociedad logra expresar lo que siente respecto a hechos y actores del conflicto no obstante las evidentes estrategias de manipulación. Un efecto del impacto de la presión de masas y de la gestión internacional son las liberaciones unilaterales de las FARC facilitadas por el gobierno.
2. Las marchas no son acciones aisladas que nacen y mueren el mismo día, ellas forman parte de una corriente o movimiento ciudadano. Los resortes que desatan la acción colectiva tienen un dispositivo actual, pero se instalan en una matriz forjada en el pasado y, a su vez, conllevan nuevas posibilidades de acción futura. La acción colectiva contra la guerra y por la paz, desde el interior de la sociedad civil, se viene dando hace décadas. Pero una cosa es evidente: en los 90 predominó la idea de que el camino de la paz es el diálogo, en los dos mil está primando la idea de que el camino es la victoria.
3. Hay una lectura inmediata de las marchas como acción puntual y otra de largo plazo como parte de los flujos y reflujos de un movimiento. La acción colectiva por la paz un día rechaza un actor, otro día otro, otro día a todos a la vez. Un día exige el Acuerdo Humanitario, otro el fin del conflicto mediante el diálogo y la negociación. Cada vez involucra más actores públicos sobre todo a nivel del Estado local. Hay un denominador común en todas estas manifestaciones: la sociedad colombiana no quiere que siga la confrontación, quiere llegar a la paz y, entre tanto, pugna porque se alivien las consecuencias del conflicto sobre las víctimas más directas.
4. Las marchas pro paz (sin guerra) sostenidas por años están ligadas a otras manifestaciones y empeños de la sociedad sin los cuales no se entienden. Contra la guerra, para quitarle oxígeno, la sociedad combate la pobreza, defiende su dignidad y autonomía, ejerce ciudadanía y trata de darle vigencia real a los derechos de todos y todas. La resistencia civil, los territorios y comunidades de paz, las constituyentes locales, los gobiernos independientes y alternativos, la cultura de convivencia, la construcción de planes de vida y agendas de paz, son todas manifestaciones que tienen el propósito común de sustituir violencia por democracia.
5. En las marchas pro paz (sin guerra), ligadas a otras dinámicas convergentes, puede estar expresándose la emergencia de un nuevo sujeto político. En Colombia el movimiento por la paz tiende a ser crecientemente un movimiento por gobernar de otra manera, de manera genuinamente democrática. Ese sujeto político emergente expresa una lógica de transformación democrática de la sociedad y del Estado por medios de acción civil diferenciándose tanto de las derechas armadas como de las izquierdas armadas en sus lógicas de acción que son distintas en la intención pero análogas en el uso ilegal, desbordado y bárbaro de la fuerza para mantener o para conquistar el poder.
6. La comunicación, tanto micro como macro, es definitiva en acciones colectivas como las marchas y, en general, en la expresión y desarrollo de un movimiento. La comunicación es el instrumento de la cabal expresión del movimiento o de su manipulación como se vio claramente el 4F y el 6M. El impacto de una minoría crítica en el sentido común de la mayoría social se obtiene a través de la comunicación masiva. Impactar los medios, convertir las acciones, sus motivos y objetivos en noticia, en alimento de los medios, es la conquista básica de un movimiento, a partir de que ese método dé resultado cualquier desarrollo ulterior puede ocurrir, sin comunicación micro y macro no hay movimiento, no hay sujeto, no hay proyecto operantes en la realidad social.
7. Las marchas como manifestaciones societales de base requieren para transitar de la espontaneidad a la madurez mediaciones políticas. La acción colectiva anti guerra y pro paz requiere la articulación con actores políticos que le permitan transitar de la expresión espontánea de indignación a la intencionalidad y capacidad de hacer realidad un determinado proyecto político. En este proceso el movimiento puede quedarse empujando el carro, buscar un conductor ajeno a sí mismo, o subirse al carro y conducirlo, es decir, las mediaciones pueden ser apropiadas o autoproducidas. Cuando la acción colectiva en auge encuentra un bloqueo en los actores políticos presentes en el escenario o renuncia a su objetivo último o trata de modificar el paisaje político insurgiendo ella misma como nuevo actor político que va a disputar a los viejos actores la toma de decisiones centrales en la conducción de la sociedad y en la solución de sus problemas.
8. Un acuerdo nacional fundante puede ser quizá la potencialidad más importante que albergue el movimiento en curso. La gente quiere la paz por el diálogo político o por la victoria militar. Políticamente hay que tratar de ganar el diálogo, la victoria es demasiado costosa en todo sentido y en nada hace justicia a la historia de los últimos sesenta años. Quizá todos aceptemos que lo sensato es hacer viable un acuerdo sobre lo fundamental que asegure que no se repita la confrontación. El emergente sujeto político de transformación democrática que se insinúa en la sostenida y multiforme movilización ciudadana puede ser portador de una forma de nueva hegemonía (direccionalidad incluyente) y de mediación estructural, lo cual se concreta en proponer y trabajar por un acuerdo nacional fundante.
Bogotá, marzo de 2008. lucho_sando@yahoo.es 
Semana del 27 de marzo al 9 de abril de 2015
 

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