sábado, 11 de abril de 2015

QUIÉNES NACIMOS EN LA GUERRA, CONSTRUIMOS PAZ.

QUIÉNES NACIMOS EN LA GUERRA, CONSTRUIMOS  PAZ.

Colombia tiene la esperanza de una salida política al conflicto social y armado, ésta se evidencia en el torrente de la movilización social y popular. En este contexto las y los jóvenes convocamos a todas y todos quienes soñamos con un país justo y en paz, a unirnos para:  protestar y exigir cesar la guerra; disponernos a la construcción de paz;  y demandar las profundas transformaciones económicas, culturales, sociales y políticas necesarias, para hacer frente a  la desigualdad social y a las injusticias, porque deseamos tener un presente libre de todo tipo de violencias, en lo privado y en lo publico para ésta, la generación de la paz.

La paz democrática, estable y duradera será el resultado de la más amplia unidad, forjada a partir de la alegría, conciencia e irreverencia propia de los y las jóvenes, enarbolando la bandera de la unidad y la articulación, como lo hicieran en algún momento la juventud del Manifiesto de Córdoba,  o aquellos valientes jóvenes que  salieron a  denunciar la ignominia frente a las masacres perpetradas contra nuestros trabajadores bananeros en el sueño de buscar un país en paz, o mejor aún, quiénes seguimos gritando y afirmando que es necesario construir entre la diversidad el sentido de un país democrático. 

La juventud comprometida con la construcción del bien supremo de la paz desde la diversidad de propuestas políticas, sociales, religiosas, culturales, artísticas, comunitarias, ambientales,  deportivas y de género, llamamos al conjunto de las fuerzas sociales y populares a seguir sumándonos al compromiso de proteger y acompañar el proceso de diálogos que se desarrollan en  La Habana.

Les convocamos a exigir junto con nosotros y nosotras, el cese bilateral al fuego y las hostilidades como acción que brinde a las comunidades y sus territorios, la  confianza con el proceso,  pero también  una mejor condición para posibilitar el dialogo y la reconciliación.

De la misma manera,  hacemos un llamado al Gobierno colombiano, al ELN y al EPL para que inicien de manera formal inmediato el proceso de diálogo como un paso fundamental que nos permita lograr la superación de la guerra  a  través  de  la solución dialogada a la confrontación armada  que  por decenios ha vivido  nuestra nación, confrontación en la cual nacimos y a la cual queremos con nuestro aporte dar fin. Por nuestra parte, y como organizaciones juveniles, seguiremos en el impulso de un gran movimiento juvenil amplio y diverso por la paz y los derechos juveniles,  a través de la generación de espacios de incidencia y acción política como jóvenes, y en general, como sociedad colombiana, en aras de construir una agenda de acción común por la paz  que posibilite el reconocimiento de nuestros derechos como garantía para una vida digna, ya que será sobre esta joven generación en quien recaerá la tarea de velar por el cumplimiento de  los acuerdos producto del proceso de diálogo con las insurgencias, e impulsar la construcción de una cultura de paz. 

Como jóvenes consideramos  que luchar por la desmilitarización de nuestras vidas, cuerpos y territorios es fundamental en la construcción de paz. En el marco del desescalamiento del conflicto, el Estado debe cesar el reclutamiento obligatorio y forzado de jóvenes para la guerra. Es inadmisible que un país que se piense la paz, obligue a sus jóvenes a asesinarse unos a otros, por eso seguiremos exigiendo y ejerciendo nuestro derecho a disentir y a objetar frente al militarismo que socava nuestra posibilidad de soñar, crear  e innovar. Apostamos por un servicio social alternativo que aporte a la reconstrucción de los tejidos sociales y comunitarios. 

Llamamos a las Fuerzas Militares a sumarse al compromiso de la paz, a no hacer batidas, y a apostarle a una transformación de la doctrina militar donde el pueblo no sea el enemigo interno, sino  que el actuar de las FFMM esté regido por velar por el derecho a la paz y la soberanía de nuestro país.
Como jóvenes buscamos que el diálogo sea la premisa de este país, y no solo el planteamiento de una mesa con las insurgencias Para esto  es necesario contar con una mayor participación del movimiento social en el proceso; que nuestra voz juvenil se reconozca como la de sujetos políticos, deliberativos y capaces de llevar el cauce de esta nación. Consideramos que el diálogo debe posibilitar que  los conflictos territoriales no sean acallados  por  la fuerza represiva estatal y paraestatal, principalmente por el  ESMAD, sino que ante todo el Estado responda con la garantía efectiva de derechos para la superación de dicho conflictos.

Como jóvenes colombianos nos comprometemos y nos solidarizamos con la lucha  estudiantil latinoamericana por una educación pública, gratuita, digna y con enfoque diferencial como bien común, es decir por el derecho humano a estudiar y soñar, a pensarnos  una educación que transforme nuestra realidad que irrumpa en las vetustas concepciones autoritarias logrando la construcción de  una educación para la paz donde el diálogo democrático prime.

Como jóvenes enarbolamos la exigencia por un trabajo digno para la juventud como una garantía para el logro de la paz, no queremos seguir viviendo en la informalidad y en la explotación laboral.

Como jóvenes defendemos la paz desde los territorios,  el respeto por la naturaleza debe ser uno de nuestros ejes de cambio.  Las reservas forestales, las semillas nativas, el ciclo del agua y la biodiversidad, son el mayor patrimonio de los y las colombianas, que están siendo amenazadas por el modelo de despojo y también son víctimas del conflicto. Es necesaria la reconciliación con el territorio, la lucha por la soberanía alimentaria y la protección de los bienes comunes para que sea viable el futuro del país.

Como jóvenes exigimos que se nos ofrezcan a todos y todas las condiciones educativas, culturales, deportivas y acceso a derechos, sin importar si vivimos en una ciudad, en una vereda o en un barrio popular. Exigimos especialmente que el Estado garantice el goce efectivo de derechos a las juventudes que viven  en el mundo rural y en situaciones de vulnerabilidad; son ellos y ellas quienes viven los bombardeos, y a mayor escala la desigualdad en un país  donde el Estado ha abandonado a cientos de comunidades.

Por lo anterior es que como jóvenes creemos que la  PAZ  es una PAZ con DERECHOS, con inclusión, con vida digna,  es una paz con justicia social, con justicia ambiental, con la salud como derecho fundamental y no como mercancía, con igualdad política y equidad de género, con ampliación de la democracia y participación ciudadana, con respeto a la diferencia. Es  una paz desde la vida, desde el territorio, es una paz  que tendrá que tejerse desde los litorales del Pacífico y el Caribe, los extendidos paisajes llaneros y el valle, como desde las andinas montañas que recorren las venas abiertas de nuestra patria , hasta  las  estrepitosas  selvas que se vislumbran en nuestra Amazonía, es  una paz  que deberá  poner fin desde la libertad y  la dignidad juvenil a los cien años de soledad y violencia para tener una segunda oportunidad en esta tierra.

Es así que con nuestra piel raizal, mulata, mestiza, indigena, palenquera, y con nuestro corazón volcado a la  construcción de un nuevo pais, le declaramos la paz a la guerra.

Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarias- ACEU
Asociación Nacional de Estudiantes de Secundaria- ANDES
Cambio Radical
Colectivo Jovenes Trabajadores
Dignidad Popular
Fundación Origen
Jóvenes constructores y tejedores de Paz- Redepaz
Jóvenes Progresistas de Colombia
Jóvenes Verdes
Juventud Comunista Colombiana
Juventudes ONIC
Juventudes Opción Ciudadana
Movimiento Scouts Colombia
Organización Nacional de Juventudes Liberales
Proceso político Sé origen
Red de Mujeres jóvenes
Tejido Juvenil Nacional Transformando a la Sociedad- TEJUNTAS


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